Las personas que respiran por la boca al dormir o aquellas que sufren apnea del sueño tienen más riesgo de sufrir caries, según un estudio de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda.
Al parecer, todo tiene que ver con los niveles de acidez oral (pH). Quienes duermen con la boca abierta registran niveles inferiores a 5,5 comparado con el pH neutro de 7 que tienen los que respiran por la nariz. Por debajo del umbral de 5,5, el esmalte dental comienza a desmineralizarse, lo que eleva el riesgo de lesiones.