Vanna Pedraglio Ya se acercan las fiestas navideñas y de fin de año, con almuerzos y cenas casi diarias para compartir en familia o con los amigos. Sé que por eso muchos empiezan a preocuparse porque el verano también está a la vuelta de la esquina y no es el mejor momento para subir algunos kilitos.
Lograr mantener nuestro peso entre tantas celebraciones no solo es un tema de moderación, también es importante tomar en cuenta un principio fundamental. Hablamos de la combinación de los alimentos. Es esencial saber cómo consumirlos para asegurar una correcta digestión y reducir el impacto del azúcar o los picos de insulina, la indigestión y la inflamación posterior. Sensaciones, malestares y kilos extra que podemos evitar para que nuestras cenas sean solo de buen compartir, poca preocupación y mucha alegría.
Primero, como he mencionado en artículos anteriores, ya sabrán que los alimentos que de preferencia debes consumir son principalmente los enteros (sin procesar), vegetales en mayoría y poco -¡mejor nada!- de azúcares refinadas. Así, en principio ya estamos evitando acumular grasa no deseada.
En segundo lugar, les explicaré por qué la combinación de los alimentos que consumimos es algo que debemos saber manejar. En la naturaleza, es común para los animales nutrirse de manera simple: usualmente con no más de uno o dos tipos de alimentos a la vez. Por contraparte, con el paso del tiempo la dieta de los seres humanos se ha transformado en un tema de sobreestimulación, con lo que nuestro sistema digestivo está en contante estado de shock.
Lograr sentirte ligero, mantener el peso ideal y hacer una muy buena digestión puede alcanzarse siguiendo estos principios o reglas:
1. Dar el tiempo adecuado a la digestión de cada alimento. La composición de cada alimento no es la misma, tampoco su proceso digestivo. Por ejemplo, las frutas tardan solamente 30 minutos en pasar por el tracto digestivo. Por eso, deben comerse primero o solas. En cambio, los carbohidratos necesitan aproximadamente de 3 horas de digestión y las proteínas de 3 a 4 horas como mínimo.
2. No todos los alimentos combinan: Las tasas de digestión no son el único factor que hace que ciertos grupos de alimentos no combinen bien; su procesamiento es otro gran detalle. Los carbohidratos almidonados -como el arroz, la papa, el camote o la yuca- no combinan con las proteínas porque necesitan un ambiente alcalino para digerirse y las proteínas un medio ácido, que se da únicamente en el estómago. La digestión de los carbohidratos empieza en la boca y continúa en el intestino delgado, no en el estómago. Juntarlos con las proteínas ocasionará fermentación y una sensación de pesadez o indigestión.
3. Seguir la regla de las grasas: Los aceites y las grasas naturales combinan muy bien con todo tipo de alimentos, menos con las frutas. Pero no olvidemos que son bastante calóricos y hacen la digestión lenta. Por ello, recomiendo consumirlos en las comidas principales -desayunos o almuerzos-, ya que debes permitirle al cuerpo unas cuantas horas para que los procese adecuadamente. Por lo mismo, son adecuados para mantenernos saciados por un buen rato y una excelente ayuda para controlar el peso ideal.
4. ¡Las verduras de hoja verde -y verduras en general- van bien con todo! Muchas de estas no son totalmente digeridas, por eso ayudan tanto a los carbohidratos, proteínas, frutas o grasas a pasar rápidamente por el tracto digestivo. Además de fibra, contienen enzimas propias que apoyarán la digestión.
Con esta explicación ya puedes saber que lo mejor es, por ejemplo, combinar el pavo, el pescado -o cualquiera que fuera la fuente de proteínas que consumas- con vegetales o grasas naturales, y los carbohidratos con las ensaladas. Las frutas pueden utilizarse muy bien como snacks entre horas para evitar llegar con hambre a las comidas principales. ¡Disfruta de las fiestas en familia, come bien y mantente activo y ligero!