El viernes, los diarios locales dedicaban páginas enteras a los detalles del funeral de Vittorio Casamonica, fallecido a los 65 años de un cáncer.
Era considerado como el jefe del clan de los Casamonica, de origen sinti, presente principalmente en las afueras del sur de Roma y sospechoso de fraude, extorsión, tráfico de drogas.
Aunque fue arrestado en varias ocasiones, nunca llegó a ser condenado.
“Vittorio Casamonica, rey de Roma”, proclamaba un cartel a la entrada de la iglesia donde tuvo lugar el funeral en el este de la capital.
La imagen colgada de Casamonica, vestido de blanco como un papa, con un crucifijo en el pecho, generó fuertes polémicas políticas y numerosas críticas a las autoridades locales que permitieron un entierro tan ostentoso.
La jerarquía de la iglesia católica también se interrogaba sobre el papel del cura que presidió un funeral en puro estilo mafioso, con escenas de película y pidió más ayuda por parte de la población para que no vuelva a ocurrir.
“La mafia se muestra a sus anchas en Roma, como en Sicilia, Lombardía, Calabria y muchas otras partes del mundo. Hay que dejar de negarlo”, reaccionó la presidente de la Comisión Antimafia del Parlamento, Rosy Bindi.
El ministro del Interior, Angelino Alfano, y el alcalde de Roma, Ignazio Marino, exigieron explicaciones al Prefecto, quien admitió que hubo “una falla en el sistema” y prepara un informe detallado.
El cura que presidió la ceremonia aseguró a la prensa que no estaba al tanto del pasado del difunto ni de la decoración prevista por sus allegados.
“Después de que el papa Francisco excomulgó a la mafia y sus cómplices, la Iglesia tiene la tarea de denunciarlos”, recordó el sacerdote Luigi Ciotti, presidente de la asociación antimafia Libera.
La familia gitana se defiende
“Para nosotros, el pueblo gitano, era un hombre grandioso. Pedimos perdón sólo al papa y al Vaticano por haber puesto la canción de El Padrino, porque no era adecuada. Para nosotros era un rey y un benefactor”, comentó Pasqual, sobrino de Casamonica, autor de los carteles.
“No era un mafioso”, sostiene otro pariente en declaraciones al diario La Repubblica, quien aseguró que el funeral cinematográfico, con Rolls Royce, helicóptero, orquesta, carroza tirada por seis caballos con penachos, fue costeado por todos gracias a una colecta.
“Has conquistado Roma, ahora conquistarás el paraíso”, rezaba otra pancarta, en una clara referencia al poder del “padrino de Roma”, como lo llama la prensa.
Según el diario Il Corriere della Sera, la familia Casamonica, nómada inicialmente, se estableció en forma estable en la capital hace medio siglo y según la fiscalía antimafia es un grupo criminal formado por mil miembros, con ramificaciones en el norte y sur del país.
En 2013 le fueron confiscadas 23 mansiones con piscina, varios Rolls Royce y Ferraris y una pista para caballos de trote.
Las primeras medidas
Ante el embarazo generado en el Gobierno y la curia romana, con protestas de los partidos políticos y hasta la convocación de una sesión parlamentaria, las autoridades han tomado la primeras medidas.
“Es intolerable que los funerales sean instrumento de los vivos para enviar mensajes a los mafiosos”, lamentó en un tuit el alcalde de Roma, Ignazio Marino.
El entierro real más cinematográfico celebrado en los últimos años en Italia es considerado “el funeral de la legalidad”.
Sobre todo después de que la alcaldía de Roma temblara a inicios de este año tras haber descubierto una red mafiosa, con conexiones con la familia Casamonica, que se encargaba de amañar licitaciones y hacer negocios con la gestión de desechos, el mantenimiento de espacios verdes y la recepción de refugiados, sectores que se benefician de jugosos fondos públicos.
“Que renuncie el alcalde”, pidió el partido de centro-derecha, Fuerza Italia, mientras un vocero del Partido Democrático (PD,izquierda), que apoya al alcalde, prometió que “nunca más” volverá a ocurrir semejante ostentación de poder de un grupo criminal.