¿Te has preguntado qué sucede cuando una persona fallece en un vuelo comercial? Pues en este espacio, presentamos las palabras de una azafata que explicó que cuando esto sucede, hay todo un protocolo a seguir.
La auxiliar de vuelo se llama Nora. A través de un video en su cuenta @nora.imon de TikTok, explicó qué se hace cuando alguien muere en pleno vuelo, compartiendo cómo es el protocolo que aplica la tripulación. Su explicación es viral en la plataforma asiática.
La azafata inicia pintando una escena imaginaria: un avión con 50 filas y un pasajero que fallece en la fila 42. Su enfoque es evitar causar pánico innecesario, señalando que los pasajeros de las filas uno y dos no necesitan enterarse de la tragedia. Mientras menos pasajeros se enteren de la situación, mejor. Además, recalca que la persona fallecida no viaja sola, es probable que su familia esté presente, enfrentando un momento difícil.
Indicó que mover a alguien fallecido no es tarea sencilla, ya que sus músculos se contraen después de la muerte y esto hace más complicado mover el cuerpo.
¿Cuál es el protocolo?
Nora reveló que cuando ocurre un deceso durante un vuelo, la tripulación opta por dejar al pasajero fallecido en su asiento. Para evitar complicaciones durante el aterrizaje, aseguran a la persona sin vida en el asiento con cinturones y correas. Lo cubren con una manta y almohadas, generando la ilusión de que está dormido, todo en pos de mantener la discreción y respetar la privacidad del caso. Ajustan su cabeza al asiento para que al momento de aterrizaje no se mueva.
La azafata destaca la importancia de manejar estas situaciones con normalidad y discreción, buscando el beneficio de todos los involucrados.
Su revelación, generó muchos comentarios, entre los cuales resaltan aquellos que preguntan qué pasa con los pasajeros que están cerca del fallecido, ya que normalmente a nadie le gustaría viajar con un cadáver al lado.
Otros preguntan si se requiere certificación médica para declarar la muerte en pleno vuelo. Una eventual muerte en el avión suscita reflexiones sobre la sensibilidad y empatía necesarias en momentos tan inusuales como estos en el cielo.