Pero ¿de qué tratan las pausas activas? Estos breves descansos se desarrollan en el entorno de trabajo, con una duración continua mínima de 15 minutos, en los que deben incluirse ejercicios físicos para el fortalecimiento muscular, que minimice el riesgo cardiovascular y las lesiones musculares relacionadas al desempeño laboral. Muchas empresas han adoptado estas dinámicas para mejorar el bienestar de sus empleados y promover una vida más saludable.
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En el caso de los trabajadores independientes, es válido que hagan este tipo de movimientos físicos voluntarios porque también son propensos a sufrir de lesiones inflamatorias de las articulaciones, tendones y nervios, localizados en la espalda, el cuello, los hombros, los codos, las manos y las muñecas. Por lo general, estas partes del cuerpo son las más afectadas durante el trabajo.
Por la salud física y mental, todos deben hacer esta serie de actividades cuando la jornada sobrepasa las ocho horas al día. Lo ideal es hacerlo al inicio y en la mitad del trabajo para reducir la tensión muscular, prevenir las lesiones osteomusculares, disminuir el estrés y la sensación de fatiga; mejorar la atención y la concentración y corregir la postura.
Recomiendan ejercicios de estiramiento de espalda, de piernas, aflojar el cuello, relajar los hombros, mover el cuello y las manos.
Para efectuar las pausas activas debe tomarse en cuenta también lo siguiente:
La respiración tiene que ser profunda, lenta y rítmica.
Realizar ejercicios de movilidad en las articulaciones antes del estiramiento.
Concentración en sentir el trabajo de los músculos y la articulación que se van a estirar.
Al momento del estiramiento no se debe sentir dolor. En caso contrario, es que no se está realizando de buena manera.
Elegir ejercicios de relajación de las áreas en las que se siente más acumulación del cansancio.