Estar dos semanas sin ir al baño para defecar la hizo colapsar. Fue allí cuando se sinceró sobre su fobia a la caca. La historia es de la modelo Emerald Barwise, de Wrexham, Gales.
Su caso lo publicó el portal británico The Sun que reseñó que la mujer, de 36 años, admitió que “soy una modelo acosada por una fobia a la caca, colapsé después de no ir al baño durante dos semanas”.
Contó que hay momentos cuando su estómago está tan hinchado que parece embarazada.
El referido medio expuso que ella misma evitaba ir al baño, y mucho más cuando estaba acompañada por alguien. Debido a esto, no sabía cómo tolerar la situación con sus parejas.
“Cuando he salido con gente en el pasado, ha sido muy difícil poner excusas para ir al baño”, relató Emerald en el programa de Channel 4 Know Your S***: Inside Our Guts, donde según The Sun expresó que una vez su pareja le preguntó por qué se escondía cuando iba al baño.
“No eres un unicornio, haces caca”, le dijo su pareja, como tranquilizándola y recalcando que no había problema si necesitaba ir al baño, ya que es algo natural que todos hacemos.
La modelo no va seguido al baño. Es una fobia que le hace difícil su rutina diaria. Admite que no le gusta usar los inodoros de otras personas, porque es tímida para hacerlo.
Emerald creía que era normal, pero manifestó que “ahora que sé que no lo es... me preocupa el daño duradero que me he hecho a mí misma”.
Luego de que la examinaran tras el colapso que sufrió, los médicos hallaron en sus heces bacterias asociadas con la ansiedad, lo que demuestra que efectivamente ir al baño, es para ella algo estresante.
No defecar tiene graves consecuencias
Retener la orina y las heces puede tener consecuencias graves para la salud. Afecta todo el sistema digestivo, y por tanto, al organismo completo. Por algo, la naturaleza, hace que se expulsen.
Retener las heces causa hinchazón, mala digestión, gases y dolor abdominal.
Enna Women explicó que al retener la materia fecal estas duran más tiempo en el intestino, lo que hace que se endurezcan, así que al querer expulsarlas será más difícil, es decir, habrá estreñimiento.
Además, al no ir al baño cuando el cuerpo avisa, el recto se adapta a este contenido de heces y no darán más ganas hasta que lleguen más. Resultado: al hacerlo costará expulsarlas y puede haber dolor, esto a su vez puede ocasionar hemorroides.
Hacer mucho esfuerzo para defecar puede repercutir en un prolapso rectal, esto sin contar que al no botar los desechos fecales, el cuerpo no libera toxinas, lo que puede generar más enfermedades.