Todas nos hemos enfrentado al mismo escenario alguna vez: nuestra pareja nos pide que nos tomemos un tiempo para replantear la relación. Esto puede ser tan confuso como atemorizante, en especial porque las razones no siempre quedan muy claras.
De inmediato empiezan a saltar las dudas: ¿será que tiene a otra? ¿se aburrió de mí? ¿no habrá otra oportunidad para rescatar este amor? ¿puedo hacer vida de soltera?, por lo que vale la pena antes que todo, sostener una conversación clara.
Y es que los expertos coinciden en un punto: hay muchas explicaciones detrás de este tiempo. En la mayoría de los casos se debe a que la persona no sabe lo que quiere y en la distancia hallará las respuestas necesarias.
Sin embargo, esto nos lleva a plantearnos otra disyuntiva: ¿necesitamos en nuestras vidas a alguien que no está seguro de amarnos y que no le da miedo perdernos?
Cuando entendemos que con ese ‘tiempo’ estamos volviéndonos prescindibles en el panorama de ese amado, nosotras también podremos tomar mejores decisiones de cara al futuro.
Otra de las razones posibles es que tu pareja quiere romper, pero no se atreve. Para algunas personas, romper una relación es difícil. Quizás teme a tu respuesta, no quiere herirte o piensa que rompiendo poco a poco será más llevadero. Pero la espera y la incertidumbre siempre lo hace peor.
Lo más sano es preguntarle a la pareja las verdaderas razones por las que pidió el tiempo y establecer las normas claras.
Es decir, pónganse una fecha para volver a hablar el tema y tomar una decisión definitiva: si seguirán o se acabó. Asimismo establezcan los límites: si en este tiempo podrán salir con otras personas o si habrá exclusividad, si se verán o se alejarán por completo.
De esta manera, habrá menos cabida a los malos entendidos y se cumplirán las expectativas de ambos. Este tiempo no debe ser eterno y recuerda que muchas veces no se trata de ti, o de algo que hiciste mal, sino lo que sucede dentro de la otra persona.