Por Ricardo Hinojosa Lizárraga
Y entonces, en el primer día, Christian Vander dijo ‘Hágase la luz’. Y la luz se hizo. Y nació Magma.
Eran épica y creación pura en un 1969 que sería testigo de verdaderos fulgores de inteligencia y originalidad musical. El mundo del rock era dominado por la psicodelia y el hard rock, amén de algunas aventuras innovadoras, como el aún incipiente movimiento progresivo. Vander era un fiel aficionado al jazz al que la muerte de John Coltrane, ocurrida en 1967, le hizo pensar que no había más música por hacer, que seguir en eso sería una inútil utopía.
“La música de Magma nació un día de primavera por el amor que siento por John Coltrane y mi profunda desesperación por el malentendido entre hombres”, le cuenta Vander a Publimetro, a pocos días de su primera presentación en Lima. ‘Estaba cansado de escuchar bandas europeas tocando música anglosajona. ¿Cómo sorprender a los ingleses y estadounidenses copiando su música? ¡No! Fue necesario golpear y fuerte. No fue premeditado, la música de Magma fue oportuna. ¡Fue un verdadero maremoto!… Magma iba a nacer por mí o por otra persona’, confiesa el baterista y fundador de un grupo que, alejado de los charts, las modas y cualquier convencionalismo comercial, formó esta banda de nombre y sonido volcánicos con solo 21 años, ejecutando, junto a sus compañeros, una extravagante mezcla de influencias que incluía al mismo Coltrane, Stravinsky y Frank Zappa.
‘No intentamos definirnos a nosotros mismos, tratamos de evolucionar, progresar en la música, no intentamos ingresar a una caja que nos defina. Somos Magma’, nos dice Vander. Pero su propuesta no ha sido únicamente instrumental: para darle forma a las historias épicas de sus canciones, Vander decidió que el francés, el inglés o el castellano no le bastaban, así que inventó una lengua nueva, a la manera en que autores tan distintos como J.R.R. Tolkien o Anthony Burgess lo habían hecho para El señor de los anillos o La naranja mecánica. Entonces, al iniciar su viaje con Magma, Vander no solo gestó un grupo: fundó una nueva religión musical, edificó un nuevo mundo. Su estilo se llamaría Zeuhl y su lengua, el Kobaïano. Desde entonces, muchas otras bandas han reclamado ser sus herederas, aunque Vander no haya claudicado nunca el trono que le corresponde.
‘La música Zeuhl significa “música vibratoria”. Muchos grupos reclaman tocar Zeuhl y hacen cosas muy interesantes, pero pocos exploran sus diferentes facetas. La mayoría toca el lado oscuro de esta música. Es muy raro encontrar una banda Zeuhl que interprete el lado optimista y ligero que también existe. También hay mucha alegría en la música Zeuhl.’, nos cuenta Vander.
Rock de otra dimensión
La música comenzó en Christian Vander como una pasión que parecía ir al ritmo de sus primeros agúes. Según diversas fuentes, en su infancia y juventud llegó a conocer a Chet Baker y al mismísimo Coltrane, gracias a su madre, quien le había heredado la pasión musical. ‘Tengo una cultura musical más bien jazzística, especialmente porque escuché jazz desde muy joven con mi madre -confiesa Vander-. Ella era amiga de Billie Holliday, Bobby Jaspar, Elvin Jones, entre otros. Me llevó con ella a clubes de jazz a los 5 y 6 años. Tuve la suerte de estar sentado junto a increíbles bateristas y me fascinó el sonido de sus platillos. Pero el concierto más impresionante que he visto en mi vida fue el de John Coltrane en París’.
A lo largo de una discografía que suma 12 trabajos de estudio y varios Ep, conciertos y otras publicaciones, Magma ha realizado álbumes conceptuales. Todo se inició con la historia de Kobaïa, un planeta ficticio plagado de dioses y seres superiores en el que encontró cobijo un grupo de refugiados que huyó de La Tierra. Todas las historias están contadas en Kobaïano. De hecho, el mismo término ‘zeuhl’ proviene de esa lengua y, aunque carece de una traducción literal, significa “celestial”.
‘El Kobaïano es un lenguaje esencialmente musical. Los sonidos llegan espontáneamente con la música, están hechos, sobre todo, para hacer sonar la música. Es un lenguaje orgánico, no fue imaginado, no fue construido artificialmente, ya que ocurrió en muchos sueños de la infancia, no tuve nada premeditado. Algunas palabras aún no se han traducido y no hay gramática, es sobre todo un lenguaje musical y espiritual. Siempre está evolucionando, cada nueva composición trae nuevas palabras. El primer sonido que canté mientras componía fue Kobaïa. De ahí salió la leyenda.’, nos aclara Vander. Y esta aclaración sirve para esos miles de seguidores de la banda alrededor del mundo que han hecho grandes esfuerzos por entender y traducir sus letras.
Muchos se preguntarán, entonces, ¿Cómo hace uno para disfrutar canciones cuyo significado no entiende? Pues bueno, amable lector, eso sucede todos los días con muchas canciones que aparecen, incluso, en su propio playlist… y seguimos viviendo, cantando y, lo más importante, sintiendo, gracias a la música. Después de todo, como dice el mismo Christian Vander, ‘Desde el principio supe que estaba creando algo más, una idea no solo musical, sino también de una dimensión simbólica y mística’.
Magma en Lima
Día: domingo 19 de noviembreHora: 8 p.m.Lugar: Auditorio de la Derrama MagisterialDirección: Av. Gregorio Escobedo 598, Jesús MaríaEntradas: desde 330 soles, de venta en Joinnus.
El Dato
El conocimiento de Christian Vander de la música nacional lo llevó a componer un tema llamado ‘El peruano’, que toca en sus conciertos como solista desde hace años.
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