(Fotos) Juanito, el bar clonado

Esta noche, tras dos años y medio, reabre el Juanito. El local, idéntico al original, se ubica en la misma cuadra de Grau, frente al Parque de Barranco.

Por: Sengo Pérez

El 1 de enero del 2010 murió don Juan Casusol, Juanito, quien le pusiera su nombre y personalidad al más famoso bar barranquino. 18 meses después, se bajó la cortina metálica que durante 74 años tragó hombres y mujeres ávidos de noche, recuerdos y también de algún olvido. Desde entonces, una tribu noctámbula ha deambulado sin éxito buscando una barra parecida donde acodarse.

Dos años sin ‘El Juano’ es mucho, pensaba César, hijo de don Juan, que ante la imposibilidad de abrir el local anterior por problemas judiciales, buscó infructuosamente un sitio que fuera lo más parecido posible.

Cuando la esperanza parecía esfumarse y el Bar Juanito transformarse en lindo recuerdo, el milagro vino del vecino. Luis Salcedo le ofreció a César revivir la tradición ofreciéndole su local, contiguo al viejo bar en la misma avenida Grau, originalmente parte del mismo predio y exactamente igual -140 m2- pero al revés, como un espejo. Allí funcionó a principios del siglo XX una tienda de telas, transformada luego en una joyería-relojería hasta 1994, y finalmente en el bar Queirolo.

Así, César y su hermano mayor Juan se unieron a Salcedo para ‘clonar’ el Juanito en objetos y costumbres: mesas, sillas, los estantes de pared para las botellas, el mostrador, la refrigeradora de seis puertas, los platos, las copas, los vasos, los colores… Solo pago en efectivo y nada de teléfono. La única concesión a la modernidad: una caja registradora… de los años cincuenta. La novedad -aunque no tanto, en el pasado era así- es la oferta de limeñísimos platos (caucáu, ají de gallina, tacu-tacu, etc.) al mediodía, a cargo de la chef Giannina, nieta de don Juan -como Juan Carlos y César- también partícipes del negocio y responsables de seguir la tradición Casusol.

Hoy comenzará a escribirse otra historia en la bohemia espirituosa de Barranco. Si la transmutación del alma es aplicable a un bar, este nuevo Juanito será la prueba. Más que una inauguración, lo de hoy será un reencuentro.

El 28 de junio del 2011, el viejo Juanito cerró su puerta. Hoy, su mellizo la abre. Para que todo siga igual, mantiene en su pizarra los mismos precios de aquel día. Y para rematar la ‘clonación’, los sánguches o la patita de siempre serán servidos por los mismos mozos: Edu y Palinha.

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