Hoy era jueves. En el futuro, cada día de la semana va a ser jueves. Todos vamos a estar trabajando hasta que nos entierren, así que los días de la semana no tendrán sentido. Yo llamo a esta sensación ‘Permaturo’- en el futuro me enteré de este fenómeno antes que la mayoría de las personas. ‘Permaturo’ no es del todo malo, pero sin internet sería realmente perverso.
El punto cúspide de mi mañana fue cuando Kyle, el mensajero, me mostró su nuevo tatuaje que se hizo en el antebrazo, una daga sangrante, que puede sonar cliché pero en realidad era un poco sexy, aunque él no sea mi tipo de hombre. Todos en la oficina creen que tenemos algo, y cuando coqueteamos todos se convierten en visitantes de zoológico que mascan chicle mientras visitan la jaula de los chimpancés a la espera de que algo retorcido ocurra.
Luego, el día se va esfumando hacia los lados rápidamente. Primero, mi hermana Amy, que siempre me lleva desde mi casa al trabajo, está haciendo un curso de yoga para gemelas en el local vacío de Barnes & Noble, en la ruta 34. ‘Shanny, he oído que los buses son geniales. Como los hoteles, prácticamente. Puedes escribir un blog (es contenido gratuito) acerca de que uno mismo puede hacer su ruta de bus’. Segundo, el regreso desde Pekín de Kevin Taylor y Andy Kimura fue aplazado un día debido a un caso de gripe aviar que modificó la agenda. Tercero, hubo un brote de gastroenteritis durante otro de los tantos almuerzos de despedida.
A las 4:30 p.m., mientras descifraba una ruta de bus que me llevara a casa, el ‘Danimal’ se aplastó en mi escritorio, lamentando el incidente viral en el restaurante.
‘Dan, quizás necesites de esas súper drogas que le dan a quienes asisten a los cruceros’. ‘Shannon, necesito que hagas horas extras para mí, para la compañía’. ‘¿Al doble de lo que cobró regularmente cada hora? Seguro, ¿qué hay que hacer?’. ‘Necesito que lleves a un cliente a comer y a tomarse un trago’. ‘¿Qué? ¡No!’. ‘Shannon, el tema es el siguiente, todos estamos intoxicados y alguien debe cuidar a este señor’. ‘¿Por qué debo ser yo?’. ‘Mira, no estoy hablando de prostitutas o de sexo oral. Me refiero a que lo lleves a comer alitas de pollo y que le des un coctel de tres por uno, de esos que parecen hechos con aceite de refinería. Este tipo no tiene un paladar educado, pero no podemos pasar desapercibidos’.
Le hice mi propuesta: ‘Bien, primero: una semana de taxis pagos. Segundo, dinero adelantado para pagar la comida del mes porque mis tarjetas están al tope. Tercero, tragos, comida, el postre y adiós. Estaré con él máximo dos horas’.
‘Acepto’. ‘¿Quién es él?’. ‘Creo que es el hijo idiota de uno de los ingenieros que está desmontando una de nuestras líneas. Andy dijo que es el encargado de clavar el arpón para que así puedan regresarlos a Asia’. ‘Suena divertido. Bien, yo voy’.