El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que recibe este sábado en Oslo el premio Nobel de la Paz 2016 por sus esfuerzos en poner fin al conflicto armado en su país, es el sexto latinoamericano en obtener este galardón, que se entrega desde 1901.
En 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú, conocida por su defensa de los pueblos indígenas, obtuvo el Nobel por su trabajo a favor de “la justicia social y del reconocimiento de los indígenas”.
Cinco años antes, en 1987, otro centroamericano, el presidente costarricense Óscar Arias (1986-90 y 2006-2010), fue premiado “por su trabajo por la paz en América Central”, región asolada por guerras civiles, en especial en Nicaragua y El Salvador.
El diplomático mexicano Alfonso García Robles compartió en 1982 el prestigioso galardón con la sueca Alva Myrdal, por su “magnífico trabajo en las negociaciones en Naciones Unidas” sobre el desarme y para que América Latina quedara exenta de armas nucleares.
Dos años antes, en 1980, fue el argentino Adolfo Pérez Esquivel, fundador de una organización de derechos humanos durante la dictadura militar en su país, quien obtuvo el premio. Pérez Esquivel, encarcelado por el régimen militar, encendió “una luz en la oscuridad de la violencia en su país”, según el Comité Noruego del Nobel.
El primer Nobel de la Paz otorgado a un latinoamericano fue en 1936, al canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, que fuera presidente de la Asamblea de la Sociedad de Naciones, predecesora de la ONU. Fue galardonado por su mediación de paz en el conflicto entre Bolivia y Paraguay.
Con 20 premiados, Estados Unidos acapara el mayor número de Nobel de la Paz, seguido por Reino Unido (12), Francia (9) y Suecia (5). Las distintas organizaciones de Naciones Unidas han sido premiadas 19 veces.
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