Manzanas Verdes [OPINIÓN]

“Los parámetros municipales nos obligan (a los arquitectos) a dejar entre un 35% y un 40% de área libre por lote”.

Por Jorge Sánchez Herrera – Nómena ArquitecturaArquitecto/Urbanistajorge@nomena-arquitectos.com

Veo que cada vez que un alcalde se atreve a talar un árbol en la ciudad la gente en las redes le salta a la yugular. Y me alegro. Muchos priorizan ensanchar una pista sobre mantener los pocos árboles que tenemos. ¿Pero qué hay de los árboles y áreas verdes que están dentro de los lotes de propiedad privada? Nada se puede hacer frente a constructoras que reemplazan una antigua casa con jardines y patios, por un edificio multifamiliar donde se deben excavar los sótanos; el área verde no se puede salvar.

Para tratar de enmendar en algo el problema los parámetros municipales nos obligan (a los arquitectos) a dejar entre un 35% y un 40% de área libre por lote. Si pensamos en una manzana de 100m x 100m, hablamos de unos 4000 m2 de área libre. O sea, un espacio de 63m x 63m o, para los que no se ubican con las distancias, una cancha de futbol de tamaño oficial (90m x 45m) ¡Una cancha de fútbol dentro de cada manzana!

Pero en vez de eso lo que tenemos son 4000m2 fragmentados en decenas de minúsculos pozos de luz hacia los que (casi) todos los que vivimos en departamentos tenemos la desdicha de ver. Esto pasa porque los parámetros urbanos son un estándar pensado en resolver el problema de un lote individual, sin importar su forma, proporción, tamaño ni ubicación en la manzana; y mucho menos su relación con las futuras construcciones en los demás lotes. Porque a ningún planificador urbano que haya redactado esos parámetros se la ha cruzado por la cabeza cómo debería terminar esa manzana cuando todos sus lotes estén construidos. Es decir, nadie ha pensado en cuál es el rol de cada lote para que entre todos puedan construir una idea de manzana común.

Es cierto que en una ciudad que se construye lote a lote no es fácil pensar en una idea común de manzana. Y que los lotes sean pequeños y de propiedad privada lo complica aún más. Pero tampoco es tan difícil. Primero hay que plantear estímulos para que a los propietarios les sea atractivo acumular lotes. Con 25 terrenos de 400m2 es difícil pensar en grandes espacios libres dentro de una manzana. Luego hay que imaginar y diseñar la morfología de la manzana. ¿Cuál es la altura de sus edificios? ¿Es homogénea o heterogénea? ¿Queremos un gran espacio/parque central de 4000m2? ¿O un conjunto de patios y pasajes más pequeños de, digamos 700m2? ¿Queremos que la manzana tenga un perfil sólido y que los espacios libres interiores sean sólo de uso privado, o queremos una manzana permeable, cuyos espacios interiores sean de dominio público? …entre otras preguntas. Y luego, cuando la morfología de la manzana esté clara, hay que normar (o parametrar) cada lote de forma específica mediante el uso de retiros frontales, laterales y posteriores; retranques, cantidad de m2 construidos (coeficiente de edificación), alturas y áreas libres. Así, cuando en el tiempo vengan distintas constructoras o inmobiliarias no estarán construyendo solo un edificio dentro de un lote, sino una pieza de un conjunto (manzana) mayor cuyos espacios libres ser irán consolidando conforme esta se vaya reconstruyendo.

Normas municipales como la obligación de tener un porcentaje de área verde en el primer piso, o los techos verdes ayudan poco; son intervenciones cosméticas. Además, la gran mayoría termina estando dentro de minúsculos patios o terrazas de uso privado. Yo prefiero un parque central de 4000 m2, a una sumatoria de jardineras que cumplan la norma.

Muchas veces pensamos que son las inmobiliarias la que está destruyendo la ciudad con sus moles y muros ciegos. No es así. Es la absoluta falta de imaginación de las autoridades municipales, que no son capaces de utilizar estas enormes inversiones en pro de construir una idea de ciudad mejor.

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