Un exguardia de las SS de 94 años, juzgado por complicidad en 170.000 asesinatos en el campo de exterminio de Auschwitz durante el nazismo, rompió este viernes su silencio por primera vez para excusarse ante las víctimas.
“He permanecido en silencio toda mi vida”, dijo Reinhold Hanning al tribunal que lo juzga en la ciudad occidental de Detmold, más de 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
“Siento vergüenza de haber dejado que se produjera esa injusticia y de no haber hecho nada por evitarlo (…) Lo lamento sinceramente”, aseguró el acusado, que trabajó de principios de 1942 a junio de 1943 en el campo de exterminio tristemente más célebre del genocidio nazi.
Joven obrero, Hanning entró con 18 años en las Waffen SS, y combatió en los Balcanes y después en el frente ruso, hasta ser transferido a Auschwitz. Miembro de la unidad SS Totenkopf, estuvo afectado al campo de base Auschwitz-I, y supervisó en ocasiones las llegadas a Birkenau (Auschwitz-II).
En el decimotercer día de su juicio, el acusado, que había guardado silencio hasta entonces, lamentó su pertenencia a una organización criminal responsable de la muerte de innumerables familias e inocentes, según citó la agencia alemana DPA.
Previamente, sus abogados habían leído ante el tribunal un escrito de 23 páginas sobre la juventud y la implicación de su cliente. En él, Hanning reconoce haber tenido conocimiento de las ejecuciones masivas perpetradas en Auschwitz.
El texto retrata al acusado como un joven apolítico que no pudo hacer nada para impedir su incorporación a las SS.
“Auschwitz fue una pesadilla. Ojalá nunca hubiera estado allí”, concluye el texto.
Hanning se enfrenta a entre 2 y 15 años de prisión, una condena meramente simbólica, dada su avanzada edad.
¡A la cañita dile no!
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