El tiempo apremia en Pedernales, epicentro del sismo de 7,8 grados que sacudió el sábado la costa de Ecuador. Ya casi se cumplen las 72 horas decisivas para encontrar sobrevivientes bajo los escombros.
Pero los equipos de rescate siguen buscando incansablemente señales de vida en calles devastatadas, con olor a muerte.
“Lo que se está haciendo en este momento es remoción. Lamentablemente cuando llegamos a este sitio este es un edificio de cinco pisos en el cual había aproximadamente unas quince personas al momento que hubo el colapso. Entonces en este momento se están tratando de recuperar cuerpos, de los tests que se hacen, uno de los equipos que se utilizan con ultrasonido, nos decía que es posible que haya una persona con vida todavía adentro”, dice el rescatista Gabriel Conde.
El terremoto provocó hasta ahora 413 muertos, 231 desaparecidos, 2.658 heridos y 805 edificaciones destruidas, según el más reciente boletín oficial.
Además, cerca de 3.000 personas han sido trasladadas a albergues.
Los sobrevivientes intentan rescatar lo que pueden de entre lo que hasta hace pocos días eran sus hogares. Y tratan de mirar el futuro con optimismo.
“Dentro de todas las cosas malas toca sobrevivir, sonreír para seguir adelante en la vida, si nos caemos, nos derrotamos nosotros mismos. Dios nos dio una prueba más y debemos estar contentos de eso”, dice la habitante de Pedernales.
El país ha sido declarado “en estado de excepción”.