Video de niños afectados por arma química en Siria hizo llorar a la ONU

Estados Unidos, junto a Gran Bretaña y Francia, acusan al régimen del presidente Bashar al-Asad de utilizar gas de cloro contra civiles.

El Consejo de Seguridad de la ONU escuchó este jueves informes de primera mano de médicos sirios sobre ataques con armas químicas en su país, en momentos en que sopesa la posibilidad de acciones contra los responsables de los mismos.

Samantha Power, embajadora estadounidense ante la ONU, dijo a la prensa tras la reunión a puertas cerradas que el Consejo ahora intentará identificar a los responsables de los ataques y asegurarse de que sean llevados ante la justicia.

“Necesitamos un mecanismo de atribución para saber con precisión quién llevó a cabo estos ataques”, dijo Power.

Estados Unidos, junto a Gran Bretaña y Francia, acusan al régimen del presidente Bashar al-Asad de utilizar gas de cloro contra civiles, pero Rusia asegura que no hay evidencia firme de que Damasco sea responsable.

“Todas las pruebas muestran que vinieron de helicópteros y sólo el régimen de Asad tiene helicópteros”, indicó Power.

“Pero debemos avanzar de manera que también deje muy claro a todos los miembros del Consejo que las personas responsables de esos ataques deben rendir cuentas”, acotó la diplomática.

El martes pasado la organización Human Rights Watch (HRW) acusó al régimen sirio de haber utilizado en marzo, hasta en seis ocasiones, barriles con gas de cloro como arma química en la provincia de Idleb, en el noroeste del país, bajo control rebelde.

Los 15 miembros del Consejo escucharon el testimonio del médico sirio Mohamed Tennari, que trató a víctimas de un ataque con bomba de cloro en el poblado de Sarmin, cerca de Idleb, el mes pasado, en el cual murieron seis personas, incluidos niños.

“El mensaje de la comunidad internacional es por favor paren la muerte en Siria”, expresó Tennari en rueda de prensa en la sede de la ONU.

Power dijo que los miembros del Consejo se sintieron “muy, muy emocionados” al ver un video en el que los médicos aparecían luchando por salvar a niños que estaban vomitando y sentían asfixia.

“Si había algún ojo seco en el recinto, no lo vi”, aseguró.

El régimen de Asad y los rebeldes se acusan mutuamente del uso de agentes químicos, incluido cloro, en la guerra que ya lleva cuatro años y ha matado a más de 220.000 personas.

Qusai Zakarya, un sobreviviente sirio a un ataque con armas químicas en agosto de 2013 en las afueras de Damasco, aseguró en el Consejo que “este crimen quedó impune” y reclamó justicia.

De su lado, el doctor sirio Saher Sahloul, urgió al Consejo a crear zonas de exclusión aérea en Siria para proteger a civiles de los ataques químicos que, sostuvo, eran realizados desde helicópteros.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas está desplegando una misión de supervisión en Siria sobre el uso de armas químicas en los ataques del mes pasado y su reporte será clave para guiar al Consejo en los pasos a seguir.

“Hasta ahora el gobierno sirio no ha pagado precio alguno por cometer un crimen de guerra con armas químicas prohibidas. Los miembros del Consejo de Seguridad, entre ellos Rusia, deben garantizar con prontitud una investigación creíble para descubrir la responsabilidad del uso de productos químicos tóxicos”, dijo el director de HRW, Philippe Bolopion, en la ONU.

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