Un monstruo marino parecido a un crustáceo de dos metros de largo que vivía en las profundidades del mar hace 480 millones de años alimentándose como hoy lo hacen las ballenas fue descubierto por paleontólogos de Yale y Oxford .
Esta criatura fue al parecer “una de las más grandes que vivieron en aquella época”, según la británica Allison Daley, uno de los autores del estudio de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña) y Yale (Estados Unidos), publicado el miércoles por la revista Nature.
El monstruo marino tenía en la cabeza una corona de apéndices que filtraba los alimentos y es el representante más antiguo conocido de los gigantes acuáticos que se alimentan filtrando el agua de mar.
La nueva especie fue nombrada Aegirocassis benmoulae en referencia al nombre del cazador de fósiles marroquí Mohamed Ben Moula, que descubrió los restos en Marruecos, al nombre del gigante Aegir de la mitología nórdica que personifica el poder del océano, y a la palabra latina “cassis”, que significa casco.
Eran depredadores
Aegirocassis benmoulae forma parte de la familia desaparecida de los anomalocarídidos, animales marinos que aparecieron hace 520 millones de años. Sin embargo, hasta hoy la mayoría de los anomalocarídidos descubiertos eran depredadores al tope de la cadena alimentaria, cerca de los actuales tiburones.
Esta nueva especie de anomalocarídido se asemeja más a nuestras ballenas que también filtran el agua de mar a través de las barbas o láminas córneas que poseen en su maxilar para retener el plancton, pero que pertenecen a la clase de los mamíferos.
“Filtrar el agua es probablemente uno de las formas animales más antiguas de conseguir alimento, pero los filtradores anteriores eran más chicos y usualmente estaban atados al fondo marino”, explicó Daley. Se trata “del ejemplo de gigantismo de un filtrador con movimiento autónomo más antiguo que se conoce”.
Imagen reconstruida en 3D
El período Paleozoico se extiende entre hace 570 y 250 millones de años y abarca desde la aparición de los primeros invertebrados con exoesqueleto a la dominación de los reptiles.
Peter Van Roy, uno de los autores del estudio de la Universidad de Yale, utilizó un nuevo método de análisis de los fósiles que permitió tener una visión en 3D del animal con el aspecto exterior que tenía cuando reinaba en los océanos, a partir de restos fósiles hallados en Marruecos y que provienen de las colecciones del Museo Peabody de Yale, del Museo Real de Ontario y del Smithsonian de Washington.
El estudio de fósiles comprimidos por la estructura geológica que los conservó chatos como flores secas en un libro habitualmente no brinda tantos detalles. El estudio permitió además demostrar que el Aegirocassis benmoulae tenía unas especies de aletas dispuestas en pares a ambos lados del cuerpo.
Las aletas serían los ancestros de la doble fila de patas característica de los artrópodos, invertebrados con exoesqueleto como los crustáceos, las arañas y los insectos. Por eso, los artrópodos son actualmente los parientes más cercanos del hoy desaparecido Aegirocassis.