Todas las estaciones del metro, uno de los principales medios de transporte para llegar al lugar donde se celebraba la misa de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con el arzobispo de Rio, con cientos de miles de peregrinos, fueron cerradas durante poco más de dos horas debido a un problema eléctrico, informó la empresa Metro Rio.
Los peregrinos intentaban en vano encontrar un taxi libre o sitio en un autobús para llegar a Copacabana, y cientos decidieron ir caminando, constató la AFP.
Rio acogerá en menos de un año varios partidos del Mundial de fútbol y en 2016 los Juegos Olímpicos, y este problema junto a las recientes protestas y fallas en la seguridad del papa la víspera despierta cuestionamientos sobre su infraestructura y su capacidad organizativa.
“Nos iremos a patica (a pie). No nos queda otra”, dijo a la AFP el peregrino venezolano Henry Lobo, de 29 años, en el centro de Rio. La caminata les llevará cerca de una hora y media.
Un grupo de pasajeros furiosos intentó invadir una estación de metro, Botafogo, pero la policía lo impidió, informó la radio CBN en el lugar.
Un grupo de peregrinos que logró montarse en un autobús repleto, con las mejillas pegadas a puertas y ventanas, celebraba y gritaba a todo pulmón: “¡Esta es la juventud del papa!”.
Fallas en la seguridad La llegada del papa Francisco a Rio el lunes en un coche de paseo que quedó atrapado tres veces durante varios minutos en el tránsito, mientras una multitud en delirio le tiraba regalos por la ventanilla y hasta le tocaba para desesperación de sus guardaespaldas, generó dudas sobre el operativo de seguridad.
Las autoridades admiten errores de comunicación entre diferentes organismos, y la alcaldía de Rio dijo que el conductor del automóvil se equivocó en el recorrido.
La secretaría de Seguridad para Grandes Eventos dependiente del ministerio de Defensa sostuvo que el propio papa pidió al chofer disminuir la velocidad para saludar a la gente.
“No hay que dramatizar lo que sucedió. Todo salió bien, nadie fue allí para hacer daño al papa”, indicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
El primer papa latinoamericano, que defiende una Iglesia cercana a los pobres, está empeñado en tener contacto con el pueblo, y en un trayecto posterior por el centro de la ciudad en un papamóvil semidescubierto aupó a varios niños, estrechó manos y no perdió la sonrisa ni la calma.
“Gracias. Gracias. Gracias a ustedes y a las autoridades por haberme dispensado una acogida tan cálida en tierra carioca”, dijo el papa argentino en su cuenta Twitter.
Enfrentamientos violentos Poco después, tras su reunión con la presidenta Dilma Rousseff en el palacio Guanabara, sede de la gobernación del estado de Rio, centenares de manifestantes que protestaban cerca de allí contra el gasto público de 53 millones de dólares que implica su visita y la JMJ, fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y chorros de agua.
Tres personas fueron heridas, incluido un fotógrafo de la AFP que recibió un bastonazo de un policía en la cabeza. Ocho personas fueron detenidas.
En junio, más de un millón de personas tomaron las calles de varias ciudades de Brasil para exigir mejores servicios públicos y protestar contra los millonarios gastos de la Copa del Mundo y la corrupción rampante.
Francisco, de 76 años, hizo una pausa en su agenda pública el martes. Rezó por la mañana una misa en una capilla de la magnífica residencia del cardenal de Rio en el morro de Sumaré, donde se aloja, rodeada por la selva tropical atlántica, y tomó helado en el desayuno, informó la prensa local.
El lunes, el papa llamó a los jóvenes a evangelizar a las naciones en su primer viaje al continente que alberga a la mitad del total de católicos del mundo, en momentos en que la Iglesia pierde terreno frente a los evangélicos y el laicismo.
“La visita del papa a Brasil tiene un significado especial porque en Latinoamérica vive el 49% de los católicos, entonces lógicamente este continente es de importancia para la Iglesia católica actual”, comentó a la AFP Iván Esperança Rocha, historiador y especialista en religiones de la Universidad estatal de Sao Paulo.
Francisco tiene previsto visitar el miércoles el mayor santuario católico de Brasil, Aparecida, dedicado a la virgen negra patrona del país, donde las fuerzas de seguridad encontraron el domingo un explosivo de fabricación casera y lo detonaron.