En 2011, un 66,1% de los jóvenes mexicanos de 15 a 29 años no estaban estudiando y, de ellos, un 24,7% eran “ni-ni”, es decir, que no estaban ni empleados ni estudiando, destaca el estudio elaborado entre los 34 países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sólo por detrás de Turquía (34,6%) e Israel (27,6%), el índice de “ni-ni” en México se ha mantenido “relativamente estable durante más de una década (24,6% en 2000, 24,9% en 2005 y 24.7% en 2011), lo que indica que existe una falla estructural a la raíz del problema”, resaltó la institución.
Entre las mujeres, el porcentaje de “ni-ni” fue de un 37,8%, más del triple que la media de hombres (11%), en cifras que aumentan conforme a la edad: no estudian ni trabajan “más de una cuarta parte” de las mujeres de 15 a 19 años, el 42% de las jóvenes de 20 a 24 y casi la mitad de las de 25 a 29 años (47,3%).
Además, el informe destaca que de su presupuesto total para la educación (6,2 del PIB en 2010), México segunda economía latinoamericana después de Brasil destina un 83,1% a los sueldos del profesorado y un 93,3% a la remuneración del personal en su conjunto, siendo los “porcentajes más altos” entre los países de la OCDE, donde las medias son de 62% y 78,2% respectivamente.
En diciembre se aprobó en México una reforma educativa que busca implementar un sistema de evaluación de profesores, para que éstos sean contratados y ascendidos por sus cualidades profesionales y no por simple designación del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE).
Con cerca de 1.200.000 afiliados, este sindicato el más grande de Latinoamérica ha protestado contra esta medida.
Pese a celebrar que en 2011 “prácticamente todos los niños de cuatro años estaban escolarizados” en México, la OCDE asegura que el país tiene una de las tasas de matrícula más baja en la educación media superior (56%), que recién se declaró obligatoria en el presente curso escolar.
El organismo reconoce que el porcentaje de matriculados en esa franja aumentó 14 puntos desde el 2000, pero subrayó que “sigue siendo menor a la media de la OCDE de 84% y al de otros países latinoamericanos como Argentina (72%), Brasil (77%) y Chile (76%)”.