El brillo de los diamantes y el champagne asombró al público presente en el reciente lanzamiento de una curiosa colección de joyas en Londres.
Los brazaletes y collares fueron hechos a partir de armas de fuego. Desde el 2011, la compañía Fonderie 47 ha producido joyería fina usando como materiales fusiles AK-47, una de las armas de fuego más fabricadas del mundo.
Los fondos se utilizan para financiar a ONG dedicadas a reciclar y destruir estos rifles en zonas de conflicto en África.
‘Fue un desafío hacer algo bonito de un material tan duro’, dice el diseñador francés James Givenchy, sobrino del legendario diseñador de moda Hubert Givenchy. ‘La idea era que la gente no se olvide de que se trata de armas de fuego reales’.
Esa ‘amenaza’ se ve reflejada en los collares y adornos de las pulseras que se fabrican y se asemejan a balas.
‘Las armas pequeñas son las que más matan gente en el mundo, pero son también las que menos atención reciben’, explica Peter Thum, CEO de Fonderie 47 y filántropo. ‘Sin duda, es un tema muy complicado desde el punto de vista político y económico’.
Mientras Thum cree que las joyas ayudarán a reducir los asesinatos, es difícil medir su impacto en zonas violentas como el Congo. Fonderie 47 ha incrementado su producción, pero Thum acepta que ‘estamos en una fase de desarrollo y necesitamos un organismo que resuelva el problema a gran escala’.