Por Angelita Borrero
El camino a las playas nos puede ofrecer paisajes desérticos y vistas al mar, pero también tiene su lado feo: no solo se trata de la basura que se encuentra a la vera de la carretera, sino de cada vez más perros muertos atropellados en la pista. ¿Quién se hace cargo de ello?
Paola Plácido, vocera de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (EMAPE), acepta que es esta entidad la responsable del mantenimiento de todas las carreteras principales, incluyendo la Panamericana Norte y Sur.
‘Estas vías deben ser limpiadas por EMAPE, pero las pistas de cualquier otra vía que no sean una carretera principal corresponden a las municipalidades de cada distrito’, señala Plácido.
Esta situación no solo es desagradable, también tiene sus peligros. ‘La permanente cercanía de estos animales en descomposición a los vecinos puede producir problemas dermatológicos o digestivos, debido a los gérmenes. Y sus parásitos (de ser expuestos a la gente), pueden producir desde virus hasta peste bubónica. Incluso la inhalación del pelo animal puede producir neumonitis, alergias o complicaciones respiratorias’, indica el médico Roberto Sano de la Clínica Ricardo Palma.
Lo mismo ocurre, explica el doctor Sano, con la basura orgánica, cuya descomposición acelerada por el calor la convierte en un peligroso foco infeccioso. Eso, fuera de los accidentes que puede provocar una maniobra repentina al volante para evitar pasar por encima de restos de basura o de perros muertos.
Según María Victoria Arévalo, psicóloga de la Universidad Católica, ‘los accidentes con víctimas mortales en las carreteras pueden afectar a adultos y niños generándoles temores. Si se hacen vulnerables y reaccionan con una ansiedad intensa, puede ser el inicio de alguna fobia’, explica.