Médicos de un hospital de Filadelfia (este de Estados Unidos) afirmaron haber curado un caso de leucemia en una niña de siete años gracias a un tratamiento experimental que utiliza una forma modificada del virus del sida.
Tras luchar dos años contra un cáncer de sangre, la pequeña “enfrentaba desalentadoras perspectivas”, según los doctores del Hospital de Niños de Filadelfia.
Por ello en febrero pasado acordaron probar un tratamiento para combatir la leucemia a través de un aliado poco convencional, un alteración genética del virus del sida.
Ayudados por esta modificación de la cual retiraron todos los devastadores efectos del sida, los doctores mejoraron la inmunidad de las células de la niña de forma que combatiera la leucemia.
El tratamiento de Emily Whitehead es uno de los primeros de este tipo y no puede ser considerado aún “una receta mágica”, según el hospital, aunque en el caso de la niña funcionó de manera completa.
Los médicos retiraron millones de linfocitos T, o células T, de Emily para modificarlos en laboratorio con la alteración del virus del sida y volver a inyectarlos en el cuerpo de la niña.
Introducir un nuevo gen
“Para que los linfocitos T ataquen el cáncer, tuvimos que agregar un nuevo gen. Ese gen permite a las células T producir una proteína que las conduce a atacar al cáncer”, explicó a la AFP el doctor Stephan Grupp, pediatra especializado en cáncer en el hospital de Filadelfia.
“Para que ese nuevo gen penetre en las células T utilizamos un virus, desarrollado a partir del virus del sida. Pero todos los elementos del virus VIH que pueden provocar una enfermedad fueron retirados”, agregó el responsable del grupo que llevó a cabo el tratamiento.
La paciente “no fue tratada con el virus del sida desactivado”, sino que “se extrajeron células de su cuerpo y se las trató para incorporarlos el nuevo gen”, continuó.
Tras el inicio del tratamiento, la niña cayó gravemente enferma a raíz del aumento de una proteína, resultado directo de la implantación de células modificadas.
Un medicamento permitió frenar la producción de esta proteína y Emily se restableció rápidamente.
Actualmente, el cáncer ha desaparecido de su cuerpo: “Hemos verificado su médula ósea para ver si la enfermedad había regresado tres y seis meses después del tratamiento y no hay ningún rastro”.
La pequeña ha vuelto a su casa y la escuela.
Sin embargo, otro niño sometido el mismo tratamiento sufrió una recaída, según el hospital.
Un total de doce pacientes siguieron este tratamiento experimental, diez adultos y dos niños. Nueve de ellos reaccionaron favorablemente.
“A pesar de que los primeros resultado de este tratamiento son alentadores, la experiencia se encuentra apenas en sus inicios”, indicó con prudencia el hospital.
También precisó que este tratamiento era una opción única para quienes sufren una forma avanzada de leucemia y que no responden a la quimioterapia.