El lugar donde nuestra ingenuidad se alojaría sería la parte frontal del cerebro. Un lóbulo del tamaño de una pelota de tenis que está justo por encima de los ojos, de acuerdo a un artículo publicado en el portal de noticias de salud Medicalxpress.
‘Cuando la mayoría de los adultos escuchan o leen algo, lo creen al principio, después comienzan a procesarlo y a hacer preguntas. Pero todos somos susceptibles a creer algo en un inicio’, explicó Erik Asp, investigador que condujo el estudio.
Según Asp, esto explicaría por qué los niños son más ingenuos que una persona adulta. Aclara además que el área ventromedial alcanza la madurez a los 20 años de vida y se deteriora con el envejecimiento.
“El área de la ‘ingenuidad’ es la última en desarrollarse en el cerebro y podría ser la primera que comienza a declinar. La declinación en la función es normal, puede pasar a los 60, 70 o 90′, consideró Asp.