Más vale que empieces a dejar de decir tanto YO y comiences a emplear más el TÚ. Voz suave, ritmo de conversación tranquilo, preferiblemente baja una o dos octavas tu tono habitual, no aturdas con tus problemas en el trabajo, sé algo misterioso y deja de hablar de ti para empezar a interesarte por tu interlocutor. Son las conclusiones del estudio de un psicólogo especialista en programación neurolingüística que ha analizado las relaciones entre el lenguaje que emplean las parejas y la evolución de su relación.
El secreto son los pronombres. Decimos demasiados YO y muy pocos TÚ. Determinadas palabras, fundamentalmente pronombres, preposiciones y artículos, pueden establecer lazos entre dos personas, haciéndoles atractivo al interlocutor, cuando más similares son entre ambos.
Ahora, si pretendes utilizar esta técnica para tu siguiente ‘cacería’, te dejamos otra de las conclusiones del estudio: No podrás ajustar tu lenguaje a la hora del cortejo si antes no has cambiado tú.