Karen Sorensen tiene 29 años y es ejecutiva en Los Ángeles (EE.UU.). Ella también es mormona, una de las religiones de mayor crecimiento y que profesan 14 millones de personas.
‘En la ciudad donde nací, en San Diego, no había ningún mormón’, explica a Publimetro. ‘Los niños en la escuela querían saber cuántas madres tenía. Nunca entendí por qué me lo preguntaban hasta que me di cuenta de que la gente creía que los mormones aún practicaban la poligamia’, agrega.
Ahora, cuenta Sorensen, las cosas cambiaron: ‘Ya no me preguntan nada sobre poligamia. Cuando la gente escucha que ni fumo ni bebo porque soy mormona, me dicen que ellos nunca podrían hacer eso. Que sea mormona ya no es un condicionante para los demás. Es como ser vegetariano’, afirma.
A los mormones se les conoce oficialmente como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La mitad de los estadounidenses ven al Mormonismo como una religión cristiana y algunos evangélicos lo identifican como un culto.
‘Mitt Romney (aspirante a la Casa Blanca y también mormón) es una persona con principios éticos, pero eso no lo convierte en cristiano’, dijo recientemente el líder baptista Robert Jeffress.
‘En el entorno académico de Boston hay muy pocos prejuicios hacia nosotros’, explica Patrick Turley, estudiante de Harvard de 26 años. ‘A veces, la gente me atribuye creencias falsas, que usualmente aclaro con una breve conversación’, añade.
‘Romney ha hecho que nos sintamos más expuestos a la opinión pública’, dice Derek Morton, un agente inmobiliario de 30 años. Cuando era adolescente, Morton se rebeló contra su fe. ‘De joven quería beber cerveza. Ahora siento que la prohibición de tomar alcohol me dio más libertad. No tengo que preocuparme de ir a la cárcel por conducir borracho’, opina.
Un total de 15 miembros del Congreso de los EE.UU. son mormones, así como importantes empresarios como el CEO del grupo financiero Credit Suisse, Eric Varvel.
Detrás del éxito de este movimiento están más de 50.000 jóvenes que predican durante 2 años su fe por todo el mundo.
Hoy en día, esta religión está creciendo especialmente en Latinoamérica.
Para Corwin Smidt, profesor de Ciencias Políticas en el Colegio Calvin, en Michigan, gane Romney o no, el candidato habrá hecho para los mormones lo que hizo en su día John F. Kennedy para los cristianos: favorecer su aceptación en el ámbito social y político.