Se han puesto a pensar que sucede en nuestro cuerpo cada vez que vamos a dormir, y no, no estoy hablando del descanso, la recuperación muscular y ese tipo de situaciones, sino de la vida que se reproduce de manera exagerada en la piel, principalmente la de la cara.
Y es que de acuerdo con lo reportado por la entomóloga Michelle Trautwein, de la Academia de Ciencias de California en San Francisco, en la cara de cada persona existen al menos media docena de ácaros por cada folículo que existe y de manera simultánea.
Así que no te asustes, pero tu cara está infestada.
¿De qué se trata esta repugnante criatura? de acuerdo con la explicación de la especialista se les llama ácaros de la cara o las pestañas, aunque su nombre técnico es demodex, y pese a que muchos no lo sabía al menoas hasta ahora casi todos los humanos adultos son anfitriones de una comunidad de ellos.
Los demodex son criaturas transparentes que miden aproximadamente 0,3 milímetros de largo, casi como una quinta parte del diámetro de una cabeza de alfiler.
Pese a que estos ácaros se ven como un gusano, estos bichos están en realidad en la clase de los arácnidos, primos lejanos con arañas y garrapatas.
Por qué habitan en nosotros
Trautwein, apunta que si bien las poblaciones de ácaros cambian en todo el mundo, “en su mayoría, los compartimos dentro de las unidades familiares, y parece que probablemente te colonicen inicialmente poco después del nacimiento, probablemente por parte de tu madre”, dice Trautwein.
“Todavía tenemos esta relación muy antigua e íntima, y ??parece claro que hemos tenido estas especies de ácaros con nosotros durante toda nuestra historia. Así que son tan viejos como nuestra especie, tan viejos como el Homo sapiens “, apunta.
Sobre la forma en que sobreviven en nuestro cuerpo, la especialista sostiene que nuestro cuerpo, al estar cubierto de pelo o vello velloso, tiene las mejores condiciones ambientales para estos parásitos.
Los ácaros se entierran en los folículos, donde se alimenta de la grasa natural del cuerpo, llamada sebo y aunque habitan en todo el cuerpo, tienden a congregarse alrededor de las partes más grasas, como los ojos, la nariz y la boca.
Los demodex viven aproximadamente dos semanas y en ese periodo se mantienen ocupados alimentándose y procreando.
Y mientras nosotros estamos disfrutando de nuestro reparador sueño, ellos se arrastran por el tallo del cabello hacia la superficie de la piel, donde se aparean durante toda la noche.
Una vez terminado ese proceso, los ácaros se arrastran hacia atrás de los poros para depositar sus huevos, los que no desaparecen por más que uno trate de eliminarlos.
Aunque no hay que preocuparse porque la mayoría de las personas cuenta con un sistema inmunológico saludable que los mantiene controlados.
Por eso, los investigadores ven al demodex menos como una plaga, y más como una huella familiar, con el potencial de mostrarnos algo sobre nuestra ascendencia regional.
Publimetro Chile
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