BUENOS AIRES (AP) — La quietud del poblado ruso de Bronnitsy aquella tarde de julio contrastaba con la tensión dentro de la concentración de Argentina durante el Mundial de 2018. El capitán Lionel Messi se plantó ante el entonces entrenador Jorge Sampaoli y le gritó: “No nos llega lo que decís. Ya no confiamos en vos. Queremos tener opinión”.
Lionel Scaloni -- parte del cuerpo técnico -- fue testigo del diálogo que expuso las diferencias insalvables entre Sampaoli y los jugadores antes de consumarse la eliminación ante Francia en octavos de final. Con el correr de los días, los detalles saldrían a la luz y la Albiceleste quedaría acéfala otra vez.
El sorpresivo éxito de Scaloni al mando de Argentina — sin antecedentes como entrenador rompió con una racha de 28 años sin títulos y marcó un récord de 35 partidos invicto — tuvo mucho que ver con aquel episodio en las afueras de Moscú.
“Nunca me preocupó sentarme adelante de un grupo y hablarle con franqueza, sin vueltas. Les podés decir una mentira una vez, pero a la segunda ya te marcan”, reflexionó el estratega de 44 años en una reciente entrevista. “Es importante que el jugador cuando sale a la cancha salga convencido de lo que le dice el entrenador. Creo que eso lo pudimos conseguir más allá de algún momento de dificultad”.
Desde 1993, cuando la selección mayor conquistó su último trofeo, técnicos de amplia trayactoria como Daniel Passarella, Marcelo Bielsa, Alejandro Sabella, Gerardo Martino y el propio Sampaoli pasaron sin gloria. Hasta un símbolo de la Albiceleste como Diego Maradona mordió el polvo.
El plan original tras el Mundial 2018 era que Scaloni dirigiera dos amistosos en Estados Unidos mientras la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) negociaba con un entrenador de renombre. Pero los principales candidatos — -Mauricio Pochettino (en ese entonces en Tottenham), Diego Simeone (Atlético de Madrid) y Marcelo Gallardo (River Plate) — estaban ocupados y la AFA no estaba dispuesta a romper otro contrato como había sucedido con Sampaoli y el Sevilla en 2017.
Con apenas unas prácticas al frente de un equipo infantil de Mallorca, donde reside, y asistente de Sampaoli como únicos antecedentes laborales, Scaloni apeló a su propia experiencia como jugador de selección desde las juveniles hasta la mayor.
Lateral-volante aguerrido, Scaloni surgió de la cantera de Newell’s Old Boys de Rosario — al igual que Messi — y luego fue transferido a Estudiantes de La Plata. Tras consagrarse campeón en el Mundial Sub 20 de Malasia en 1997, inició su periplo en clubes de Europa, primero en Deportivo de La Coruña de España, luego West Ham de Inglaterra, Racing Santander de España, Lazio y Atalanta de Italia.
Con la selección mayor disputó el Mundial de 2006.
“Es una persona muy inteligente, siempre fue de mirar y preguntar mucho”, lo recuerda Hugo Tocalli, entrenador de los seleccionados juveniles de argentina entre 1994 y 2007 y ayudante de campo de José Pekerman en el Mundial 2006, en una entrevista con The Associated Press. “Quería saber el porqué de un ejercicio táctico, por qué tal equipo, también era de hablar mucho con sus compañeros”.
“Eso lo aplicó ahora, cómo hablarle a los jugadores. Como técnico hace las cosas simples y se ha ganado el respeto de los jugadores”, valoró Tocalli.
Al mando de la Albiceleste, Scaloni dio forma a un equipo integrado por los sobrevivientes de la camada que se había quedado a las puertas de la gloria en el Mundial de 2014 y en las Copa Américas de 2015 y 2016 — Messi, Ángel Di María, Nicolás Otamendi — y nuevos talentos, como el arquero Emiliano Martínez, Cristian Romero, Leandro Paredes y Rodrigo De Paul.
Scaloni también pulió la mejor versión de Messi en Argentina. A diferencia de sus antecesores, que se empecinaban en replicar en la selección el modelo de juego del Barcelona, el entrenador argentino apeló a tres mediocampistas de buen pie — Paredes, De Paul y Giovanni Lo Celso — para liberar al 10 de la conducción y jugar más cerca del área.
“Merece todo lo que vivió él también porque no fue fácil el proceso que le tocó agarrar y armó todo esto”, destacó Messi, quien levantó el primer trofeo de su carrera con la selección mayor en la Copa América 2021.
“Es una persona muy cercana, que habla muchísimo con el jugador, intenta estar siempre para lo que sea... se nota que trabaja por y para el fútbol y le encanta lo que hace”, afirmó el máximo artillero en la historia de la selección argentina con 90 goles en 165 partidos.
Tras las críticas iniciales de la prensa y la reprobación de colegas más experimentados que no lo veían capacitado para dirigir a una potencia como Argentina, Scaloni ahora pide prudencia ante la euforia que ha generado la “Scaloneta”, como se apoda a su equipo, de cara a Qatar.
“Vamos a tratar de hacerlo lo mejor posible, que no quepan dudas”, prometió el técnico, que acordó la renovación de su contrato hasta 2026. “Después, si la cosa va bien, perfecto, pero si la cosa va mal, no siempre está todo mal. Ese es el mensaje porque de esa manera jugaremos más tranquilos”.