KIEV, Ucrania (AP) — Como él sería desplegado pronto como soldado a los campos de batalla de Ucrania, Serhiy Lipko y su novia Anastasia Zukhvala decidieron casarse primero, como muchas parejas que han sido separadas por la guerra con Rusia.
Al igual que otros, sus nupcias fueron apresuradas y más modestas de lo que habrían sido durante la paz, sólo unas decenas de amigos cercanos y familiares. Ella llevó una corona simple de flores azules en el cabello. Y entonces, como la risa puede ser medicinal y Lipko estaba construyendo su carrera como cómico antes de que fuera llamado a defender su país, se dirigieron a un club de comedia de monólogos en la capital de Ucrania, Kiev.
Ahí, con su nueva esposa viendo tras bambalinas, se subió al escenario en uniforme militar y pronto tenía al público cautivado con un humor muy honesto sobre el ejército y la vida de casado. Bromeó que el entrenamiento militar con los instructores de la OTAN había sido una gran oportunidad para que practicara su inglés y lo nervioso que había estado de manejar equipo militar costoso por temor a echarlo a perder.
La guerra no es ni remotamente graciosa, pero los ucranianos están aprendiendo a reír. No necesariamente porque quieran sino porque tienen que hacerlo para mantenerse cuerdos ante la brutalidad, la muerte de miles de personas, el caos en Ucrania y la alteración del orden mundial mientras el conflicto sigue devastando el sur y el este del país.
El presidente ruso Vladimir Putin y sus tropas, especialmente los muertos y heridos, son el objeto favorito del oscuro humor ucraniano de los tiempos de guerra. Pero hay límites, los muertos ucranianos no son objeto de risas ni tampoco las batallas más siniestras, entre ellas el brutal asalto a Mariúpol y la fundidora de acero Azovstal de la ciudad porteña, esos serían chistes demasiado pasados. Lo mismo ocurre con las atrocidades en Bucha y otras partes.
“Las tragedias no pueden y nunca serán objeto de humor”, dijo Zukhvala, quien también trabaja como cómica de stand-up mientras ella y Lipko se abrazaban con la ternura de los recién casados después de un show y recogían montones de ramos de flores preguntándose cómo encontrarían espacio en su casa para llevarlos.
“Es un tiempo absolutamente loco, más allá de la experiencia ordinaria”, dijo. “Nuestra vida está hecha ahora de paradojas y eso puede ser gracioso”.
El más famoso comediante de Ucrania es Volodymyr Zelenskyy, el actual presidente del país, quien fue elegido en 2019. Antes de que se convirtiera en mandatario, Zelenskyy, quien también fue cómico de stand-up, interpretó un adorable maestro de secundaria que accidentalmente se vuelve presidente del país en la serie televisiva de comedia “Sluga narodu” (“Servidor del pueblo”).
Pero Zelenskyy no ha tenido muchos motivos para reírse desde la invasión del 24 de febrero. Sus mensajes diarios a la nación por video suelen ser sombríos o enérgicos.
Pero mientras él trabaja para conseguir apoyo internacional y los soldados combaten con tanques, artillería y toneladas de armamento proporcionadas por los países occidentales, los ucranianos lejos del frente de batalla usan chistes y humor como armas contra la ansiedad y la tristeza, contra Rusia y para sentirse unidos, riendo y llorando juntos en su dolor y su furia.
Yuliia Shytko, de 29 años, dijo que se sintió mucho mejor después de reír alegremente con el resto del público durante una presentación de Lipko y otros comediantes en un club de comedia en un sótano donde la mayoría de los chistes eran sobre la guerra y temas relacionados.
“Riendo”, dijo Shytko. “Así lo soportas”.
Lipko y Zelenskyy se cruzaron en la comedia antes de que la guerra alterara sus trayectorias. El futuro presidente, quien entonces todavía era un actor, fue jurado en el concurso de televisión “Haz reír a un comediante” de 2016 en el que Lipko participó. Llevaba un traje militar y camuflaje porque estaba a la mitad de su servicio militar e hizo chistes sobre sus experiencias en el ejército. Hizo reír a Zelenskyy cuando dijo en broma que se compraría un PlayStation si ganaba el premio mayor, lo que eventualmente logró. En ese entonces hablaron en ruso, ahora se apegan al ucraniano en público.
Lipko todavía encuentra inspiración para sus chistes en la vida militar, incluso mientras se prepara para dejar a su esposa para combatir. El ejército le dio un día libre para casarse, en una visita rápida a la oficina de matrimonios, donde los amigos del comediante molestaron a los empleados haciendo bromas.
“Nos reímos mucho”, dijo el cómico de stand-up Anton Tymoshenko, quien asistió a la ceremonia y también se presentó mas tarde en la noche en el club.
El apodo de Lipko en el ejército es “el comediante”. Durante su rutina bromeó que algunas cosas que dicen y hacen sus compañeros soldados son tan graciosas que no puede evitar usarlas para su stand-up, a pesar de decirles que no lo hará. Pero también dijo que la perspectiva cómica que tiene él podría ayudarlos a soportar la batalla.
“Soy un comediante que se volvió temporalmente un militar”, dijo. “Tengo planes y proyectos creativos para después de la guerra. Hay cosas por las cuales vivir”.
Zukhvala dijo que suele decirse “que ganaremos y todo estará bien”. Ella quiere una gran boda cuando vuelva la guerra. Tymoshenko dijo que él y otros comediantes la cuidan cuando Lipko está lejos.
Pero él tiene temores propios: ha tratado de persuadir a sus padres de dejar su pueblo en el sur, pues siente que está demasiado cerca de la avanzada rusa, pero para su sorpresa se ríen del peligro. Su madre bromeó que si los misiles rusos queman su sembradío de patatas, esto le ahorrará trabajo.
“Mi madre nunca bromeó antes de la guerra”, dijo. “Ellos usan mis armas contra mí... y no es justo”.
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Hanna Arhirova contribuyó a este despacho.