LONDRES (AP) — Los legisladores británicos regresaron a sus distritos electorales el jueves al final de un año parlamentario ensombrecido por el escándalo.
Salieron de un Parlamento donde un legislador está acusado de ver pornografía en la Cámara de los Comunes, otro fue denunciado por intimidación y el primer ministro Boris Johnson está en peligro por incumplir las normas de distanciamiento que impuso a la nación durante la pandemia de coronavirus.
Las sesiones del Parlamento se prorrogaron el jueves en una ceremonia cargada de tradición que involucró a miembros de la Cámara de los Lores vestidos con armiño y un funcionario que proclamó “la reina lo quiere” en francés normando. La nueva sesión comenzará el 10 de mayo con una apertura llena de pompa y una nueva agenda legislativa.
Johnson espera que el nuevo mandato marque un nuevo comienzo después de meses de agitación en los que se convirtió en el primer primer ministro en ser sancionado por violar la ley. La policía lo multó con 50 libras (62 dólares) por asistir a su propia fiesta sorpresa de cumpleaños en junio de 2020 cuando las reglas de confinamiento por el COVID-19 prohibían las reuniones sociales.
Johnson se ha disculpado, pero niega haber infringido las reglas a sabiendas. Enfrenta la posibilidad de más multas por otras fiestas (la policía investiga una decena de reuniones) y una investigación parlamentaria sobre si engañó a los legisladores sobre su comportamiento.
El escándalo del “partygate” ha sacudido al gobierno conservador del primer ministro, pero los problemas van más allá de Johnson. Los titulares del jueves estaban repletos de acusaciones de mala conducta, incluido un legislador del Partido Conservador acusado por colegas femeninas de ver pornografía en su teléfono estando en la Cámara de los Comunes. No se ha revelado el nombre del legislador.
La ministra del Interior, Rachel Maclean, dijo que el presunto comportamiento era “profundamente repugnante”.
También el jueves, el legislador opositor del Partido Laborista, Liam Byrne, recibió una suspensión de dos días por intimidar a un miembro de su personal.
Cuando la sesión del Parlamento cerró el jueves, la presidenta de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, dijo a sus colegas: “Esperemos que la próxima sea un poco más tranquila».