MEDYKA, Polonia (AP) — A medida que aumentan las tensiones en el este de Ucrania y los líderes occidentales emiten terribles advertencias de que podría avecinarse una guerra, la calma persiste a lo largo de la frontera de Ucrania con Polonia, nación de la Unión Europea.
Un centro deportivo pintado con los anillos olímpicos en una pequeña comunidad polaca directamente en la frontera está listo para albergar a refugiados ucranianos. Por ahora, el centro de Medyka está vacío. En el cruce fronterizo cercano, no hay señales de que los ucranianos huyan.
Muchos ucranianos hacen exactamente lo contrario: cruzan la frontera de regreso a Ucrania después de trabajar o comprar en Polonia, y algunos prometen defender su país en caso de una invasión rusa.
“Rusia esperaba que todos entraran en pánico y huyeran a Europa, solo para comprar trigo sarraceno y pasta, comida, pero todos compramos ametralladoras, armas y cartuchos”, dijo Volodymyr Halyk, de 29 años. “Nadie tiene miedo, nadie abandonará su casa, nadie huirá”.
Halyk y un amigo, Volodymyr Yermakov, se consideran veteranos de la guerra contra los separatistas respaldados por Rusia que comenzó en el este de Ucrania en 2014. Yermakov, de 34 años, dijo que estaba preparado para tomar las armas si el presidente ruso, Vladimir Putin, lanza una invasión.
“Putin es un agresor y no permite que nadie viva una vida normal. Quieren tomar nuestro territorio y esa es la verdad”, dijo.
Rusia niega tener planes de invadir Ucrania, pero los funcionarios occidentales han dicho que con unas 150.000 tropas rodeando al país por tres lados, un ataque podría ocurrir en cualquier momento.
La gente en Polonia, que estuvo controlada por Moscú durante la Guerra Fría, sigue con preocupación las noticias sobre el fortalecimiento militar de Rusia. El año pasado, Varsovia se vio envuelta en una disputa migratoria con otro vecino del este, Bielorrusia, aliado de Moscú.
Polonia y la Unión Europea acusaron a Bielorrusia de ayudar a personas de Medio Oriente a cruzar la frontera hacia Polonia. El gobierno polaco calificó la migración como parte de un esfuerzo de guerra híbrida destinado a desestabilizar Europa central y la UE.