MANILA, Filipinas (AP) — Filipinas levantó el jueves una prohibición implementada hace casi dos años a la llegada de viajeros internacionales a medida que disminuye la oleada de casos de coronavirus impulsada por la variante ómicron, lo que representa un impulso vital para su turismo y las industrias relacionadas.
Los viajeros de 157 países que no requieren visa para entrar en las Filipinas, que estén completamente vacunados contra el COVID-19 y hayan dado negativo al virus podrán ingresar a la nación y ya no deberán ponerse en cuarentena a su llegada. El gobierno también puso fin a un sistema de clasificación de riesgos que prohibía la llegada de viajeros de los países más afectados.
“Iniciaremos el siguiente capítulo en el camino hacia la recuperación”, comentó la secretaria de Turismo, Berna Romulo-Puyat. Añadió que la reapertura de fronteras restablecería empleos y generaría ingresos en las empresas y comunidades relacionadas con el turismo.
Filipinas impuso uno de los confinamientos más prolongados del mundo y algunas de las restricciones de cuarentena más estrictas para sofocar una pandemia que provocó su peor recesión económica desde la década de 1940 y envió el desempleo y la hambruna a niveles récord.
Más de un millón de filipinos perdieron sus empleos en empresas y destinos turísticos tan sólo en el primer año de la pandemia, de acuerdo con estadísticas del gobierno. Los destinos turísticos, incluidas playas e islas tropicales, parecían pueblos fantasma en el momento álgido del confinamiento impuesto por la pandemia, y una erupción volcánica y los tifones agravaron las pérdidas.
La reapertura había sido programada para el 1 de diciembre, pero fue pospuesta debido a la propagación de la variante ómicron.
Durante las vacaciones de Navidad, en las que una gran multitud de compradores volvió a los centros comerciales y restaurantes a pesar de las constantes advertencias del gobierno, se produjeron menos de 1.000 nuevos casos diarios. El brote subsecuente superó los 39.000 contagios al día a mediados de enero, pero desde entonces ha disminuido. Las autoridades sanitarias reportaron el miércoles unos 3.600 contagios, con 69 muertes, y han declarado todo el archipiélago en “riesgo bajo a moderado”, excepto por una región del sur.
Más de 60 millones de los 110 millones de habitantes del país están completamente vacunados contra el coronavirus y 8,2 millones han recibido sus dosis de refuerzo en una campaña que se ha visto afectada por la escasez de vacunas y la renuencia del público.