Brasier, sostén, corpiño o sujetador. Pese a los diversos con los que se conoce esta prenda íntima todos coinciden en su la importancia que su uso ha cobrado a lo largo de los años.
Sin duda, la moda ha renovado esta prenda que se vincula intrínsicamente a la mujer y, a la femineidad. En sus diversos diseños, modelos y telas, el brasier se ha convertido en un imprescindible incluso a la hora de dormir, pero ¿esto es realmente beneficioso o perjudicial para la salud?
Son diversos los mitos que surgen alrededor del sujetador, una prenda que acompaña a la mujer desde su pubertad. Para algunas su uso es obligatorio las 24 horas del día y por varios motivos, uno de ellos, la firmeza de una parte importante de cualquier mujer, sus senos.
¿Es bueno o malo?
Pero el debate se ha abierto una vez más, y los especialistas indican varias razones por las que no se debe usar el brasier o sostén al momento de ir a dormir.
Uno de los primeros perjuicios que citan los expertos se refiera a la circulación. En especial si la prenda incluye un aro o alambre de metal que generalmente ayuda a soportar el peso del seno, se desaconseja su uso ya que afectaría el flujo de sangre a los nervios y constriñe los músculos pectorales.
Otra razón para no usar el brasier a la hora de dormir apunta hacia la acumulación de gérmenes y bacterias. En esta zona donde suele haber humedad y sudor, surge el caldo de cultivo idóneo para los gérmenes, aún más en climas cálidos y calurosos. El roce de la prensa además puede causar irritaciones en la piel, entre otras lesiones cutáneas.
Por el contrario, los expertos aseguran que dormir sin sostén puede mejorar la circulación sanguínea, y aún más, más calidad en el descanso que, en definitiva, implica mayor bienestar.