El ácido glicólico es un eficaz compuesto químico ideal para eliminar las células muertas de la piel con la ventaja que, al ser un exfoliante químico y no físico, no es necesario restregarlo ni frotarlo para ver resultados. Una forma mucho más gentil de limpiar la piel.
Una de sus principales tareas es aportarle luminosidad y suavidad al cutis a través de la renovación celular, pero no es lo único que logra. Son muchos los cambios que se experimentan al usarlo: disimula las arrugas, regula la producción de sebo, elimina las manchas y cicatrices; y unifica el tono.
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Ácido glicólico para una piel lisa y brillante
A los poderes del ácido glicólico hay que sumarles el aumento de producción de colágeno y ácido hialurónico; y la profunda hidratación que le proporciona a la piel. Pero, aunque se escuche como un producto milagroso, no se puede tomar a la ligera su uso.
Al eliminar la capa superficial de la piel, su uso excesivo está contraindicado, pues estaríamos expuestos a los agentes contaminantes. Por lo que lo más recomendables es implementarlo en la rutina de skincare de forma gradual, una vez por semana de noche y con la concentración más baja.
Lo ideal es utilizarlo después de la limpieza, dejarlo actuar durante 5 minutos y luego remover con un algodón humedecido con agua tibia. Durante el día es necesario el uso de protector solar y evitar en lo posible estar expuesto al sol, pues estamos más propensos a las manchas.
Si sientes extrema curiosidad por este producto, no dudes en consultar con tu médico de confianza la mejor forma de sumarlo a tu rutina de cuidado facial según tu tipo de piel y antedecentes de la misma.