En un ataque de rabia, tras discutir con sus padres un adolescente de 14 años comenzó a cavar en el patio de su casa para hacer una cueva a donde irse y estar fuera del techo de sus papás.
El chico empezó a cavar y a cavar hasta que hubo un momento, estando más tranquilo, cuando se dio cuenta que el hueco tomaba forma y optó por seguir seriamente. Ya no era por una rabieta de muchacho, ahora se había trazado un plan.
La historia es de Andrés Cantó, oriundo de Alicante, España, quien compartió su experiencia a través de su cuenta de Twitter @andresiko_16. Contó que todo comenzó en el 2015 por una “pataleta de prepuber”.
“Me puse a darle picazos al bancal, no manejaba muy bien las emociones”, relató.
En el 2018, un amigo lo ayudó a cavar con un motopico. Cuando se dieron cuenta que cabían en el agujero que cavaron, comenzaron a pensar en técnicas para la habitación subterránea.
El arduo trabajo además les sirvió de gym. En el 2019 ya tenían una habitación, era como una bóveda de dos metros.
Comenzó a empedrar y adobar paredes. “Muy pringoso pero divertido como follar”, dijo Andrés.
En el 2020, la habitación ya tenía más forma: “sólo cabía yo tumbado”, precisó. Siguió con los tubos para el sistema de estufa. El inicio de la pandemia le permitió ocupar más tiempo y agrandó la habitación unos cuatro metros.
El joven publicó un video en el que se observa la escalera de entrada, una sala pequeña y su habitación. Expresó que está “muy contento”. Incluso, le hizo un porche arriba, en las afueras del jardín.
¿Cómo lo hizo?
Para cavar y dar forma al espacio, el chico utilizó un pico y un cincel, también hizo poleas para sacar la tierra.
Actualmente, la habitación subterránea de Andrés tiene Wifi, luz, calefacción y equipo de música con casetes.
“Me ha tocado pedir licencia de obras jajajaja, viene ahora el Municipal a verlo todo y a tramitar papeleo. La cosa ya es seria. Ya han venido los del Seprona y Guardia Civil a certificar la cueva. Todo en regla gente”, contó.