El extraño suceso en China de los jóvenes que regresan a casa de sus padres por no tener cómo pagar alquiler

Julie, una desarrolladora de videojuegos de 29 años, renunció a su trabajo en Pekín debido a las extenuantes jornadas laborales de 16 horas.

En un sorprendente fenómeno, cada vez más jóvenes chinos están tomando una decisión inusual y volviendo a casa de sus padres para convertirse en lo que ellos mismos llaman “niños a tiempo completo”. Esta nueva tendencia surge como respuesta al agotamiento y estrés que experimentan en el competitivo y problemático mercado laboral del país asiático.

Julie, una desarrolladora de videojuegos de 29 años, renunció a su trabajo en Pekín debido a las extenuantes jornadas laborales de 16 horas. Ahora, se dedica a realizar tareas del hogar para sus padres, aunque rechazó su oferta de apoyo económico mensual, sin duda un caso curioso, pero no único.

Los “niños de tiempo completo” en China

No es la única en esta situación, más de uno de cada cinco jóvenes chinos entre 16 y 24 años están sin trabajo, lo que representa la tasa más alta de desempleo juvenil desde que se empezó a registrar en 2018, sin incluir el mercado laboral rural.

El desequilibrio entre vida y trabajo en China, conocido como “996″ (trabajar de 9:00 a.m. a 9:00 p.m., seis días a la semana), ha llevado a que muchos jóvenes se sientan agotados y desesperanzados. Como resultado, algunos optan por regresar a casa de sus padres en busca de un respiro y tiempo para reflexionar y buscar mejores oportunidades laborales.

Sin embargo, encontrar un nuevo empleo no es tarea sencilla, como lo confirma Julie, quien ha aplicado a más de 40 trabajos en las últimas semanas y solo recibió dos llamadas. Esta situación ha llevado a una creciente ansiedad entre los jóvenes, quienes enfrentan la llamada “maldición de los 35″, donde los empleadores prefieren contratar a trabajadores más jóvenes y “menos caros”.

El mercado laboral chino enfrenta una posible crisis en los próximos años

La universidad, una vez vista como un camino hacia un futuro prometedor, ahora representa una decepción para muchos graduados. El alto desempleo y la falta de oportunidades hacen que algunos incluso suspendan sus exámenes para retrasar la graduación y evitar enfrentar la realidad laboral.

A pesar de la difícil situación, el gobierno chino ha minimizado el problema y ha llamado a los jóvenes a “comer amargura” como una forma de superar las dificultades. Además, han redefinido el desempleo usando el término “empleo lento”, intentando desviar la atención de la realidad.

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