El trastorno del sueño es un problema que realmente aqueja a quien menos creemos. Inicia con pequeñas interrupciones en las noches, luego con dificultad para conciliarlo, hasta que es mínima la cantidad de horas en las que realmente se consigue descanso.
Ante la desesperación e irritabilidad que puede provocar el agotamiento mental y físico, hay quienes recurren directamente a los potentes somníferos como una solución inmediata, aunque no es lo más recomendable sin haber probado otros métodos menos fuertes.
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Agua antes de dormir
Hay quienes han conseguido la solución al insomnio con tan solo incluir una buena dosis de hidratación antes de irse a la cama. Muchos evitan tomar agua a altas horas de la noche por no ir al baño durante toda la madrugada, pero varios estudios han comprobado que la deshidratación también puede ser una piedra en el zapato al momento de conciliar el sueño.
No importa si estamos dormidos o despiertos, el cuerpo siempre necesita agua y en el caso de que no tenga, mandará una señal para obtenerla. La idea no es beberse litros y litros, con tan solo un vaso antes de acostarse es suficiente.
A eso hay que sumarle el nivel de relación que se puede alcanzar con este paso tan simple. Un vaso de agua tibia te ayudará a dejar las cargas del día atrás y alivianar las tensiones; otra opción es agregarle un saquito de té relajante para darle un extra.
Adicionalmente mantenerse hidratado por la noche también regulará la temperatura corporal, lo que te puede ayudar a lograr un nivel de relación mucho más rápido de lo usual. No cuesta mucho intentarlo, beber un vaso de agua podría disminuir los efectos del insomnio y brindarte finalmente el descanso que tanto estabas esperando.