¿Sabes qué es la potomanía? Aquí te lo contamos porque podrías padecerla

El término es poco conocido pero el trastorno es más común de lo que se cree.

¿Han sentido una extrema necesidad de tomar agua insaciablemente? Pues, cuidado, tienes que revisar tu salud física y, en especial, mental.

Según el portal Web Consultas, “la potomanía es un trastorno alimentario no especificado (TANE) que se define como el deseo de beber grandes cantidades de líquido, generalmente agua, de manera compulsiva y sin que exista una sensación previa de sed. También se denomina polidipsia psicogénica.

“Esta ingesta masiva proporciona a la persona afectada una sensación placentera, por lo que puede llegar a ingerir entre 8 y 15 litros de agua, dependiendo de la gravedad del caso”.

Beber más de dos o tres litros de agua diarios deja de ser beneficioso para el organismo y resulta perjudicial para éste, porque puede alterar el correcto funcionamiento de los riñones y la composición de la sangre (que debe contener un 8% de agua)”, agregan en el citado medio.

Causas de la potomanía

El hipotálamo es una región cerebral que, entre otras funciones, es responsable de que se mantenga la cantidad de agua necesaria para el organismo y de advertir de la falta de líquido emitiendo la señal de la sed.

Una alteración en el mecanismo de funcionamiento del hipotálamo podría provocar episodios de potomanía, pero los expertos coinciden en que esto es sumamente extraño, por lo que asocian el trastorno con un desequilibrio psiquiátrico.

Existen otras causas que pueden influir en la aparición de este trastorno:

  • Enfermedad renal crónica.
  • Desórdenes orgánicos o patologías hormonales (como la diabetes mellitus, uno de cuyos síntomas es, precisamente, la polidipsia o exceso de sed).
  • Padecer anorexia nerviosa. En este caso el afectado bebe gran cantidad de agua, bien con el objetivo de saciarse sin ingerir calorías, o bien para incrementar el peso corporal justo antes de acudir al especialista para pesarse y, de este modo, engañar al profesional.
  • Uso de medicamentos, como antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos y litio, que interfieren con la función del riñón, y fármacos anticolinérgicos, que provocan sequedad de boca, entre otros.

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