¿Comes apresuradamente? Estas son las consecuencias para tu salud

La dinámica acelerada de nuestras vidas caracterizada por el estrés impide que dediquemos un tiempo tranquilo a disfrutar de las comidas.

En este mundo acelerado y exigente donde las horas parecen pasar cada vez más rápidas y nos vemos bombardeados por el trabajo, las labores del hogar, el tiempo que debemos invertir en los hijos, las horas de comer han pasado a un segundo plano. Ya no hay tiempo para eso.

Si comemos en el trabajo lo hacemos en 5 minutos sin quitar la vista del computador y tal vez el almuerzo sea un sándwich o unas galletas. Si comemos en la casa lo hacemos rápidamente para luego, con la velocidad de flash, lavar los platos, arreglar la cocina y volver a las actividades.

El sitio web Curadas, citando al Profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Villarino, Doctor en Ciencias químicas, Bioquímica y Biología Molecular, explica:

¿Por qué las prisas son malas a la hora de tomar los alimentos?

Comer lleva su tiempo: “La comida es un acto que requiere tiempo. El alimento tiene que masticarse bien para llevarlo triturado al interior del estómago. Cuando llega allí, las enzimas lo atacan, y si lo hacen deprisa y corriendo, no trabajan bien, están incómodas”.

La rapidez produce molestias gástricas: “El proceso de ingestión-digestión-absorción debe realizarse de forma pausada y ordenada. Si alteramos el ritmo de ingesta, tendremos problemas estomacales”.

Dejamos pasar mucho tiempo entre comida y comida: “Cuando podemos hacerlo, tenemos unos niveles glucémicos tan bajos y tanta hambre que nos comeríamos lo que fuese”; Villarino considera que los horarios laborales, por ejemplo, en España, obligan a retrasar la comida hasta después de la hora habitual.

Concienciación: El doctor Villarino lamenta que algunas personas “hayan bajado los brazos y se hayan rendido”, que buena parte de la población haya tirado la toalla. Y destaca la concienciación de otros que intentan cambiar sus malos hábitos alimenticios.

Alimentarnos no es un placer, es una obligación: “Si no cambiamos este concepto, no aprenderemos la importancia de ingerir con calma y disfrutar de las comidas”.

Lo Último