Muchos creen que dejaron de amar a su pareja porque ya no sienten las mariposas del inicio ni tienen relaciones sexuales apasionadas en cada encuentro como en los primeros días. Esto es absolutamente normal, porque las parejas atraviesan cinco etapas.
Es decir que, no es que se acabe el amor, sino que este se va transformando, así como nosotros evolucionamos, por lo que hay que entender que no todo cambio es negativo.
Al contrario, cada una de estas fases tiene sus pros y, como todo, sus contras, que con empeño, respeto y creatividad se pueden sortear.
Cinco etapas que atraviesa cada relación de pareja
Enamoramiento
De esta no hay mucho qué decir porque todos la hemos experimentado alguna vez: muchas hormonas desenfrenadas en la que deseamos al otro y no queremos separarnos por ningún motivo.
Hay energía, entusiasmo y mucha intensidad sexual, por lo que es normal que gritemos a los cuatro vientos en esta etapa lo mucho que amamos a la otra persona.
Apego
También se encuentra en los inicios de la relación, pero aunque hay gran pasión y todavía un cóctel hormonal que nos impulsa a hacer locuras, ya empezamos a acostumbrarnos más a la pareja.
Los especialistas aseveran que aquí nos centramos más en las cosas importantes, puesto que empezamos a priorizar la confianza y fortalecer el vínculo.
Comienzan las negociaciones y la comunicación para exponer nuestras necesidades, emociones, deseos, lo que somos y claro, vendrán las discusiones al empezar a volverse más real.
Desidealización
Tal como reseña Telva, el momento en el que el cerebro deja de segregar tanta química y comenzamos a ver a la persona tal y como es, sin filtros.
Por tal motivo, esta es una de las etapas más cruciales en todas las parejas porque define si seguirán o no juntos. Muchos tienden a romper porque se sienten poco involucrados o enamorados, pero solo es parte de la evolución madura de un romance.
Amor maduro
Aquí ya se pone en marcha un plan de vida. Sabes que tu compañero es leal, así que esta fase se caracteriza por un fuerte sentido de compromiso e incondicionalidad.
Es acá cuando las crisis “se pueden enfocar como pruebas a superar donde ambos reman juntos por el bien común”, apunta la misma fuente.
Ruptura
El fin. Aunque no todas las parejas llegan hasta este punto porque toman los correctivos a tiempo, el 50% sí lo hace. Nos damos cuenta que el vínculo no funciona y el romanticismo se dejó de lado.
Esta fase es liberadora y viene cargada de mucho autodescubrimiento. “(Es buen momento para) reflexionar qué cosas y actitudes han podido contribuir en el problema, sin excusas ni victimismo”, recomiendan.