Tras el rotundo éxito global de su primera temporada, la segunda entrega de El juego del calamar prometía mantener a los espectadores al borde de sus asientos. Sin embargo, el regreso del icónico juego de supervivencia ha dejado un sabor amargo para muchos.
Aunque la premisa sigue siendo similar—jugadores enfrentándose a desafíos mortales por un premio de 45.600 millones de wones (33 millones de euros)—la ejecución parece haber perdido la chispa que cautivó al público hace dos años.
La crítica no le da tregua a ‘El juego del calamar’
En esta temporada, Seong Gi-hun, conocido como el jugador 456, regresa con un nuevo propósito: la venganza. Este giro narrativo plantea interesantes posibilidades, pero, según los críticos, la serie no logra aprovecharlas del todo. Mientras el protagonista busca desentrañar los secretos detrás del juego, los espectadores se enfrentan a tramas predecibles y explicaciones excesivas que, según algunos, subestiman su inteligencia.
La respuesta ha sido polarizante. Medios como Hollywood Reporter han descrito la serie como “una completa decepción”, argumentando que la narrativa simplemente no funciona. Otros, como Collider, señalan que los giros de la trama son evidentes desde lejos y que la serie peca de sobreexplicativa.
Los comentarios en redes sociales no son más indulgentes, con algunos fanáticos quejándose de la falta de emoción y calificando la temporada como “desordenada y aburrida”.
Uno de los cambios más significativos en esta nueva entrega es la posibilidad de que los jugadores decidan si desean continuar participando, lo que introduce un elemento de elección ética en el juego. Sin embargo, para muchos espectadores, esta innovación no compensa la falta de la tensión y el impacto emocional que caracterizaron la primera temporada.
A pesar de las críticas, la segunda temporada ha generado debates en torno a si las expectativas del público eran inalcanzablemente altas o si realmente falló en capturar la esencia de su predecesora. Mientras algunos celebran su regreso, otros lamentan que la serie no haya cumplido con las expectativas. ¿Es esta segunda temporada una oportunidad desperdiciada o un puente hacia algo más grande? Solo el tiempo y los números de audiencia lo dirán.