(Opinión) El silencio bajo el mar

“Esta muestra es parte del trabajo de Bernardo Sambra, peruano, fotógrafo, y conservacionista especializado en el maravilloso mundo submarino”.

Por Zoë Massey

Hace años que mi necedad me impide bucear. Esa angustia que me da tener que respirar por la boca me aleja de uno de mis sueños más grandes. Constantemente pienso que lo voy a vencer, pero ahí me ven, sigo de necia perdiéndomelo. El verano pasado tuve la suerte de al menos ponerme una máscara y unas aletas y sumergirme por la base de un muelle, ver anémonas, estrellas de mar, algas, todo ahí nomás, cerquita y abajo. Algo que parece un universo aparte en un silencio realmente envidiable.

Hace pocos días, camino al cine, me encontré con grandes paneles que anunciaban una muestra de fotografía. Para mi suerte, algunas de las fotos se podían ver un poquito y quedé alucinada. Era fotografía submarina, ahí puesta para que la disfrutes en paneles en un parque. Esta combinación hizo que me olvidara un rato del caos de la calle de estos días, del motivo real por el que estaba yendo al cine (no era la película, era huir de Barranco y las bocinas infernales). De pronto, aunque fuera solo en foto, me sentí de nuevo en ese silencio que tiene la vida bajo el mar.

Pregunto más sobre esta muestra y descubro que es parte del trabajo del capo Bernardo Sambra, peruano, fotógrafo y conservacionista especializado en la vida salvaje y el maravilloso mundo submarino. Él y Valerie Crousse crearon The Living Oceans, una fundación sin fines de lucro que busca difundir, educar y crear conciencia sobre la belleza y fragilidad del mundo submarino y sus habitantes a través de las imágenes. Y ahora, junto a los mejores fotógrafos submarinos, nos traen esta joya.

La muestra Frágil Océanos Expo va en paralelo en el ICPNA de Miraflores y en el Parque Salazar (el que está sobre Larcomar, porsiaca). Este evento se da tambieen dentro del marco de la COP20, que aunque me parece más simbólica que efectiva en nuestro país, está trayendo varias cosas buenas por ver. Esta, por ejemplo, que no te la debes perder.

Sal a caminar por el malecón, ya sale el sol, puedes hacerlo también en bici, en skate, en patines. Deja el carro y su claxon lejos. Pasea, disfruta del silencio de estar bajo el mar.

Y a ti, que sigues pensando que tu claxon hará que el carro de adelante mágicamente te abra paso, o que el tiempo se mueva a tu favor y llegues a tiempo a tu destino, te cuento algo: eso no sucede. Detrás de las paredes de esas fachadas por las que pasas mientras desquitas tu ira en bocinazos, hay gente que vive, que merece un descanso en su propia casa. A veces ustedes –con su neura y cero respeto al otro- me hacen tener más ganas de vencer mi miedo y poder pasar más tiempo bajo el agua.

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