Halloween, una fiesta que dejó de ser inocente

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Por Richard PeckettMetro World News

La inocencia de Halloween ha muerto. Ahora esta celebración ha pasado a ser un desfile de máscaras y prótesis que parecen salidas del vestuario de una película de terror o de disfraces sexys de enfermeras zombies o vampiresas en minifalda, que alguna vez pudieron pertenecer a la sección ‘fetiche’ de una tienda de ropa para adultos.

Sin duda, los niños no son los responsables de este cambio. ‘Esto no es culpa de ellos’, se ríe burlonamente Lesley Bannatyne, autora del libro Halloween Nation. ‘Nosotros los adultos hemos saturado la fiesta de Halloween con mucha sangre, gore, atrevidos escotes y faldas muy cortas’, agrega.

El punto de inflexión fue la década del setenta. No satisfechos con la introducción de los bigotes y la popularización del poliéster, esos años también trajeron su lado subversivo para Halloween. ‘Después de las revoluciones sociales, los adultos retomaron Halloween por el factor nostálgico y lo convirtieron más en una fiesta de terror, sobre todo después de la película de John Carpenter, Halloween, de 1978’, explica Bannatyne.

Al igual que los niños, las generaciones de mayor edad necesitaban dirigir su imaginación hacia la acción. ‘La sangre y el gore son producto de nuestra imaginación. La muerte es más interesante cuando es violenta’, indica Joseph Nagy, profesor de humanidades de la Universidad de California (UCLA).

‘Los adultos disfrutan de esta oportunidad para decorar, armar fiestas, y asustarse entre sí. ¿Por qué los niños tienen que tener toda la diversión?’, agrega Nagy.

Algunos críticos suelen culpar a esta fiesta por la racha de asesinatos ‘por imitación’ que hay en estas fechas, como los acontecimientos que rodearon a Jake Evans (17), quien le disparó a su madre y su hermana en Texas el año pasado después de ver tres veces el remake de la película Halloween, dirigida por el estadounidense Rob Zombie. Evans creyó que iba a tener solo un ‘leve remordimiento’ de sus actos, como le ocurrió al niño de 10 años representado en la película del 2007.

‘Yo siempre he visto Halloween como una fiesta para fingir y hacer bromas. Hay una diferencia real entre este día festivo y la violencia de la vida real’, indica Bannatyne, quien cree que los elementos siniestros de esta fiesta se derivan de mitos urbanos como las hojas de afeitar escondidas en los dulces que dan a los niños o el vecino psicópata que está esperando para aprovecharse de los menores de edad.

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