El 1 de enero de 2017 fue la última vez que un emparrillado de la NFL vio en acción a Colin Kaepernick.
Desde entonces, el mariscal de campo ha sido marginado del fútbol americano, al convertirse en uno de los primeros atletas que condenó el racismo.
Colin comenzó su camino de protestas en 2016, cuando en un duelo de pretemporada, ante los Empacadores de Green Bay, no se levantó a cantar el Himno de Estados Unidos.
A la semana siguiente, Kaepernick repitió su acción, pero en esta ocasión se hincó y agachó la mirada, lo que causó aún más controversia.
Los aficionados no estuvieron de acuerdo en lo absoluto, por lo que comenzó a ser abucheado en cada duelo. Pero el mariscal tenía claros sus pensamientos, ya que estaba cansado de la injusticia contra los afroamericanos.
A cinco años de ello, Colin está marginado de la NFL, ningún equipo ha tenido el valor de contratarlo, ya que el campeonato parece tener un veto hacía él, que lo mantiene alejado del deporte que lo proyectó a la fama.
Con 33 años, la posibilidad de volver a los emparrillados luce complicada, pero Kaepernick no pierde la esperanza de revertir la situación, ya que sigue preparándose todos los días físicamente, pues su sueño de llegar a la cima en la NFL está intacto.