La llama de los Juegos Olímpicos de Río 2016 (5-21 agosto) fue prendida este jueves en la antigua ciudad de Olimpia (Grecia), conforme al ritual tradicional, para la antorcha que recorrerá miles de kilómetros desde el país heleno antes de llegar a Brasil.
“Hoy escribimos la historia; estos juegos olímpicos serán un anuncio de esperanza en tiempos difíciles y la llama aportará ese mensaje en todos los rincones de Brasil y en el mundo entero”, afirmó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), unos minutos antes de producirse el encendido de la llama de los Juegos Olímpicos 2016, los primeros que tendrán lugar en Sudamérica.
Varias mujeres ataviadas con túnicas invocaron sobre el templo de Hera (de 2,600 años de antigüedad) al dios Apolo, antigua divinidad del sol. La gran sacerdotisa, encarnada en Katerina Lehou, una conocida actriz griega, captó los rayos solares a través de un espejo, los que desvió hasta encender la llama.
En seguida, en una lenta coreografía, la gran sacerdotisa encendió la antorcha del primer relevista, el gimnasta griego Leftheris Petrounias, que pasará la antorcha a la exjugadora brasileña de voleibol Giovane Gavio.
Este ritual a la antigua usanza, que pretende establecer un vínculo de unión entre las épocas, fue realizado por primera vez en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y alude a la simbología olímpica de la llama, que permanecía encendida en la antigüedad durante toda la competición.
Los relevos de la antorcha durarán cuatro meses, durante los que recorrerá el país heleno y 300 localidades brasileñas antes de llegar al estadio olímpico de Maracaná, el 5 de agosto, en la ceremonia inaugural.
Está previsto que la antorcha sea portada en su recorrido por un asilado sirio en el campo de refugiados de Eleonas, en Atenas. Se trata de un hombre que perdió una pierna en la guerra que devasta a su país, y su imagen le recordará al mundo el drama de los refugiados, en la crisis migratoria más importante desde la Segunda Guerra Mundial.
Las olimpiadas de Brasil tendrán lugar en medio de una situación de trance político, que impidió la presencia en Olimpia de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inmersa en un proceso de inhabilitación.