El Ramadán o el dilema del ayuno en el Mundial

El ayuno del Ramadán que empezará este fin de semana para los musulmanes debería afectar a pocos jugadores todavía en liza en el Mundial brasileño, pero los que lo cumplan vivirán bajo una rígida supervisión médica.

Varios equipos procedentes de países musulmanes —como Irán y Bosnia, o en los que el islam tiene fuerte presencia, como Costa de Marfil—, ya han sido eliminados en primera vuelta y para el resto, los posibilidades dadas por las autoridades religiosas deberían limitar el número de ayunadores.

Como “viajeros”, los msulmanes pueden beneficiarse del derecho a retrasar el mes del Ramadán a un periodo ulterior, al igual que las mujeres embarazadas y los enfermos. Una solución a la que recurren a menudo los individuos “aislados” en equipos donde otras confesiones son mayoritarias como en Francia, Alemania o Suiza.

Otros, como el centrocampista alemán Mesut Özil decidió no guardar el Ramadán en este año de Mundial. “Trabajo y voy a seguir trabajando. Así que no haré el Ramadán, como trabajo es imposible para mí hacerlo este año”, explicó.

No obstante, algunos en Brasil deberían cumplir con el precepto religioso de forma más o menos ajustada al calendario de ayuno, como los jugadores de la selección argelina, que ya tienen todo previsto en caso de que se clasifiquen para los octavos el jueves. Con los peligros inherentes a esta decisión.

  1. Mayor riesgo de lesión*

“Me parece muy complicado respetar estrictamente el Ramadán durante un Mundial”, consideró el entrenador francés Claude Leroy, que ya acompañó a los internacionales de la selección de Omán durante un Ramadán cuando era seleccionador de ese país.

“Para los partidos de las 13h00 o de 17h00, ¿qué hacer? Sobre todo por la hidratación. Es imposible e, incluso, peligroso”, consideró Leroy, que sigue el Mundial como comentarista de Radio France.

“Los jugadores están acostumbrados. No es un problema que surja ahora. No tengo ninguna preocupación y cada uno se adaptará a la situación”, dijo el seleccionador francés, Didier Deschamps, que afirmó que no piensa dar ninguna consigna al respecto a sus pupilos.

Para esta Copa del Mundo, los argelinos han contratado al doctor Hakim Chalabi, convertido, gracias a sus trabajos en la clínica Aspetar de Doha en Catar, en uno de los referentes de la FIFA sobre el ayuno en los futbolistas.

“Es un periodo en que el riesgo de lesiones aumenta, especialmente a nivel lumbar, de las articulaciones y de los músculos”, afirma. Principalmente, por la deshidratación más que por la falta de alimentación.

“El nivel de nutrición debe cambiar. Hay que modificar también la calidad de los alimentos para adaptarlos al ejercicio. Los jugadores deben hidratarse mejor. Además, les aconsejamos que sus siestas sean más largas por la tarde, con el fin de recuperar una parte de su tiempo de sueño”, añadió.

Unos consejos validados por la experiencia de Madjid Bouguerra, capitán de la selección argelina: “Lo más duro es la hidratación. Pero está bien, el clima es bueno. Algunos jugadores puede retrasar esos días. A título personal, voy a ver en función de mi estado físico, pero pienso cumplirlo”.

Más favorable que en los JO de Londres

En Brasil, los musulmanes que quieran respetar el calendario oficial del Ramadán tienen un aliado: el sol se pone sobre las 17h30 rompiendo el ayuno. En Londres, en los últimos Juegos Olímpicos de 2012, tenían que esperar hasta las 20h30 o las 21h00 para alimentarse.

Una vez que se respetan las precauciones médicas, el ayuno puede ser a veces una fuente de inspiración o de motivación para los jugadores. “Es más psicológico. A menudo, hay que mostrar a los entrenadores que no están de acuerdo (con que se cumpla el Ramadán) que estamos ahí al 200%”, añadió Bouguerra.

“A veces he podido verme un poco boicoteado por eso. Éramos tres o cuatro musulmanes en el entrenamiento, pero siempre éramos los primeros en las pruebas físicas”, insistió.

Una sorprendente afirmación apoyada por Hakim Chalabi que ha observado a menudo ese fenómeno tracendente durante su estancia en Europa: “Nos pedían muchas veces incitar a los jugadores a que no observaran el ayuno”, recuerda el exmédico del París SG, “pero curiosamente, hay deportistas que tienen mejores resultados durante el Ramadán porque desean seguir el ayuno. Puede incluso ser una ayuda espiritual y psicológica”.

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