El Real Madrid, con un gol del galés Gareth Bale a cinco minutos del final, se proclamó este miércoles campeón de la Copa del Rey al ganar 2-1 al Barcelona, tres años después de la última final de Copa entre estos dos equipos, ganada igualmente por los blancos en Valencia.
El argentino Ángel Di María abrió el marcador con un disparo cruzado cuando se llevaban apenas 10 minutos del partido, antes de que Marc Bartra empatara con un remate de cabeza (66), que volvió a meter en el partido a un Barça que sufría mucho.
Habría que esperar hasta casi la conclusión del encuentro, para ver a Gareth Bale galopar por la banda para hacer el 2-1 definitivo tras ganar el mano a mano con el meta José Manuel Pinto (85).
En el 90, el brasileño Neymar tuvo cerca el 2-2, pero su remate se fue al palo.
“Hemos ganado sufriendo”, reconoció el técnico blanco, Carlo Ancelotti, tras el encuentro, mostrándose, no obstante, “feliz por haber ganado esta competición. Lo hemos hecho muy bien, lo hemos merecido”.
El Real Madrid consiguió así su 19ª Copa del Rey, mientras el Barça culmina una semana negra con su eliminación de la Liga de Campeones y sus dificultades en la Liga española.
El primer tanto blanco en Valencia fue fruto de la mayor velocidad y presión que el Real Madrid aplicó, haciendo sufrir mucho a los azulgrana a la hora de sacar el balón.
Isco robó un balón iniciando la contra con un pase rápido a Bale, que envió a la izquierda a Benzema, para que el francés mandara a Di María, cuyo tiro cruzado logró tocar el meta José Manuel Pinto, aunque no lo suficiente para impedir el gol blanco (10).
Los blancos fueron más verticales durante el encuentro frente a un equipo azulgrana que tocaba y tocaba, pero no lograba encontrar un hueco en el muro que el Real Madrid montaba al replegarse con dos líneas de cuatro.
“Nos faltó un poquito de profundidad”, admitió el entrenador azulgrana, Gerardo “Tata” Martino, señalando que “más allá de jugar mucho tiempo y de bordear el área del Madrid no hemos tenido oportunidades claras”.
El Barça buscaba una victoria que les diera un poco de aire tras su eliminación en la Liga de Campeones y su derrota en Granada (1-0), que comprometió seriamente sus posibilidades en la Liga, tardaron en entrar en el encuentro.
Huérfano de Messi, que apenas apareció en el encuentro, el Barça solo lograba crear ocasiones de peligro con centros al área y tiros lejanos.
Tras el descanso, Jordi Alba, lesionado, se retiró para dejar entrar a Adriano en su lugar, pero el dibujo azulgrana no cambió apenas.
Neymar, perdido en la derecha, apenas consiguió hacer su magia y superar a la defensa blanca, aunque pudo haber hecho el empate con el tiempo cumplido al estrellar un balón en el palo (90).
El “Tata” Martino, trató de dar un punto de velocidad con la entrada de Pedro por Fábregas, muy apagado durante el partido.
Sin embargo, las mejores ocasiones siguieron llegando con tiros lejanos como el de Marc Bartra, que paró bien Casillas (66).
El joven canterano azulgrana se resarció poco después al hacer el empate con un remate de cabeza en un saque de esquina (68) que dio un nuevo impulso al Barcelona.
Los azulgrana llegaron mucho más, mientras el Real Madrid seguía intentando hacer daño a la contra, lo que le permitió matar el partido con el tiempo casi cumplido.
Bale se escapó por la banda en una gran galopada, superando a Bartra y ganando el mano a mano a Pinto para hacer el gol de la victoria blanca (85), que acabó hundiendo a los azulgrana.