Miles de independentistas catalanes encabezados por el presidente catalán Carles Puigdemont se manifestaron este sábado por la tarde en Barcelona al grito de “¡libertad!” e “independencia” después de que el gobierno central anunciara su decisión de cesar al ejecutivo catalán.
“Es hora de declarar la independencia”, dijo a la AFP Jordi Baltá, de 28 años, empleado de una papelería, estimando que ya no hay espacio para el diálogo.
La manifestación se había convocado originalmente para reclamar la liberación de dos líderes de organizaciones indepedentistas, Jordi Cuixart, de Omnium Cultural, y Jordi Sánchez, de la Asamblea Nacional Catalana, encarcelados como sospechosos de sedición.
Sin embargo, el anuncio del gobierno de Rajoy de que pedirá al Senado la cámara competente el cese de todo el gobierno independentista y la convocatoria de elecciones regionales en seis meses, realzaron el perfil de la protesta.
La llegada de Puigdemont al frente del cortejo fue saludada con gritos de “¡presidente, presidente!”. Junto a él, se colocaron el resto de miembros del ejecutivo catalán, amenazados si, en una semana, y como parece, el Senado donde el PP de Rajoy tiene mayoría absoluta aprueba las medidas de Rajoy.
“Nos sentimos catalanes y el sentimiento de español ya no existe, el pueblo catalán está desconectado completamente de las instituciones españolas, sobre todo de lo que es el Estado español”, dijo Ramón Millol, un mecánico de 45 años.
“Me siento totalmente indignada y sumamente triste, porque siento que nos pisan nuestros derechos y también nuestras ideas como catalanes”, explicó Meritxell Agut, una empleada de banca de 22 años.
“Pueden destruir el gobierno, pueden destruir todo lo que quieran pero nosotros vamos a seguir luchando”, aseguró desafiante Agut.
La sociedad catalana está dividida en partes aproximadamente iguales entre quienes quieren la independencia o no, pero la intervención del gobierno español en la administración catalana podría disgustar a parte de los segundos, como escribió en Twitter la alcaldesa de la ciudad, Ada Coalu: “Rajoy ha suspendido el autogobierno de Cataluña por el que tanta gente luchó. Un grave ataque a los derechos y libertades de todos, aquí y en todas partes”.
La manifestación se extendía más allá de las cuatro calles de la céntrica y ancha avenida del Paseo de Gracia que se habían previsto inicialmente, en un sábado soleado. Como es habitual, la bandera dominante fue la independentista catalana, la “estelada” (estrellada), por la estrella blanca sobre fondo azúl que la preside.
Los manifestantes abucheaban, lanzaban insultos y alzaban el dedo corazón cada vez que un helicoptero de la policía española sobrevolaba la protesta con un ruido ensordecedor.
Rajoy se amparó en el artículo 155 de la Constitución para solicitar a la cámara alta del legislativo tomar el control de la administración catalana.
Además, el jefe del gobierno pidió la potestad de disolver el Parlamento catalán, actualmente en manos de Puigdemont, para “convocar elecciones en un plazo máximo de seis meses”.