Pese a que el Perú cuenta con uno de los mejores Reglamentos de Edificación de Latinoamérica, con un capítulo de diseño sismorresistente, muchas viviendas en Lima se construyen sin seguir dichas pautas, lo que las hace vulnerables ante un terremoto de gran magnitud.
Esto fue advertido hoy por Miguel Estrada, jefe del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID) de la Universidad de Ingeniería, quien recorrió parte de la zona alta del distrito de Independencia.
Allí Estrada advirtió que cuando los suelos son blandos, como en la zona norte y sur de Lima y parte del Callao, las ondas sísmicas de un movimiento telúrico se amplifican y las viviendas sufren más daños.
Dicha característica, comentó, pone en riesgo a familias de los distritos de Villa El Salvador, Chorrillos, parte de La Molina y Ventanilla, entre otros. Pero también están en riesgo las laderas de los cerros ubicados en Comas, Carabayllo e Independencia, en la zona norte de la capital.
“Cuando las viviendas ya están construidas, no podemos moverlas. Por eso allí la primera tarea es trabajar con la población, tomar de manera responsable los simulacros y finalmente hacer reforzamiento de las viviendas o, en el mejor de los casos, reubicación”, anotó.
Mencionó que las viviendas ubicadas en las pendientes de los cerros necesitan una buena cimentación, así como una excavación adecuada para que pueda resistir el impacto sísmico.
“Si el suelo es húmedo, eso sí sería un problema porque lo hace débil”, añadió al advertir que existen mafias de traficantes que ofrecen terrenos en zonas indebidas.
“Ellos engañan a la gente, les venden los terrenos y las familias se quedan allí, ya no salen. Esto es un problema económico social que las autoridades deben asumir”, remarcó.
En la zona El Angel, en Independencia, Estrada observó viviendas con rajaduras en las paredes, columnas que empezaban recién en el tercer piso en vez de primer piso, calles muy estrechas e invasión de la vía pública. “Todos estos aspectos hacen que la vivienda sea más vulnerable ante un evento sísmico”.
Por ello insistió en que las autoridades locales trabajen en la prevención o simulacros, a fin de que la comunidad sepa cómo evacuar y reconocer las rutas de salida, así como lugares de refugio.
“En el caso de Lima, ya van casi 270 años de acumulación de energía. No podemos decir qué día ocurrirá un terremoto sino prepararnos, porque ese día lamentablemente ocurrirá”, puntualizó.
Andina
Lima arrastra preocupante
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