La municipalidad de San Isidro proyecta reducir progresivamente hasta en un 50% al año 2026, el uso de agua por parte de sus residentes y el sector empresarial, con un manejo eficiente y responsable de este recurso, informó el alcalde Manuel Velarde.
Este objetivo fue proyectado por la comuna luego que se culminara con el proceso de medición de la huella hídrica (HH), realizada tanto a nivel institucional como distrital.
De esta manera la huella hídrica del distrito en 2015 determinó que el 60% correspondió a lo generado por actividades urbanas, el 20% estuvo relacionado a la generación de electricidad consumida, mientras que el 20% restante al manejo directo del agua.
Este último porcentaje (manejo directo del agua), se segmenta en 52% residencial, 31% no residencial y 17% en el manejo para el riego de áreas verdes, proveniente del canal de regadío.
‘Ante estos resultados, nuestra gestión plantea sentar las bases para las políticas de sostenibilidad destinadas a generar un uso más adecuado y responsable del agua, los cuales se implementarán en el tiempo hasta alcanzar las metas de reducción proyectadas’, manifestó el burgomaestre.
Entre las diversas estrategias a emprenderse, se plantea la promoción de la implementación de duchas eficientes, sanitarios de baja demanda hídrica, lavadoras ahorradoras y la reutilización de aguas grises para el riego de áreas verdes, así como campañas educativas y de sensibilización.
Velarde sostiene que para el 2026 el nivel de uso y manejo debe haberse reducido en un 40 % a nivel residencial y en 50 % en no residencial, con un promedio de ahorro anual de cerca de 16 millones de metros cúbicos de agua.
‘De esta manera San Isidro se equipara a estándares internacionales en temas de gestión del uso y manejo del agua’, agregó.
La municipalidad de San Isidro se convierte así en el primer gobierno local del país en desarrollar la evaluación y la implementación de soluciones estratégicas a nivel distrital, como parte de su visión de ciudad sostenible.
La huella hídrica se define como un indicador para medir y evaluar el impacto ambiental relacionado con la apropiación del agua, que incluye el volumen total utilizado para producir bienes y servicios producidos por empresas o manejados por cada persona.
DATO: -El proceso para la medición de la huella hídrica duró seis meses durante el 2016
-Se realizaron encuestas casa por casa y a nivel de comercios y empresas, campañas de sensibilización, sembrado de árboles, ampliación del programa de reciclaje, etc.
ANDINA.
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