La empresa peruana Graña y Montero, exsocia de Odebrecht, no tenía conocimiento del pago de coimas de la constructora brasileña a exfuncionarios peruanos, y se siente engañada, sostuvo este jueves su representante legal, Mario Alvarado.
“Estamos claros que hemos sido engañados, sabemos hoy que ha sido una mala decisión, lo que hemos perdido es mucho, y hemos pagado las consecuencias de ese engaño”, declaró ante la comisión parlamentaria que investiga el caso Lava Jato en Perú.
Alvarado detalló que a diciembre del 2016 el valor de sus activos ha experimentado una pérdida equivalente a 38 millones de dólares.
Aseveró que Graña y Montero participó en seis proyectos en sociedad con Odebrecht en condición de socio minoritario por lo que nunca supo de la doble contabilidad que utilizó la empresa brasileña para el pago de coimas y de sobornos.
En otro momento, comentó que la empresa peruana no se acogerá al mecanismo de la colaboración eficaz porque ninguno de sus directivos ha incurrido en acto de corrupción.
Aclaró que la empresa Graña y Montero tiene sus libros contables abiertos a cualquier pesquisa fiscal o judicial y que está presta a colaborar con las autoridades correspondientes.
“Fue un error participar con Odebrecht en calidad de socio minoritario porque no pudimos ejercer ningún tipo de control. No hemos participado en ningún acto de corrupción”, aseveró.
Odebrecht pagó 29 millones de dólares en sobornos a funcionarios peruanos entre 2005 y 2014, años que comprenden los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016), según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.