Esta 19 de noviembre se celebra una nueva edición del Día Mundial del Inodoro , fecha instituida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el 2013 para generar conciencia en los gobiernos sobre la importancia de brindar acceso universal al saneamiento, una tarea imprescindible para el desarrollo de las personas y de los países.
El tema de este año es ‘Aseos y empleo’ y se enfoca en cómo la sola tenencia de un inodoro, lo que garantiza un saneamiento básico, incide en la vida de las personas y en la economía en un país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define saneamiento básico como ‘la tecnología de más bajo costo que permite eliminar higiénicamente las excretas y aguas residuales y tener un medioambiente limpio y sano tanto en la vivienda como en las proximidades de los usuarios. El acceso al saneamiento básico comprende seguridad y privacidad en el uso de estos servicios’.
En el Perú, el 16% de la población urbana no accede a servicios de saneamiento básico. La situación es más grave en las zonas rurales, donde el 60% de la población no accede a ese servicio, que la ONU define como derecho humano.
Lourdes Mindreau, gerenta de Agua y Saneamiento de CARE Perú, explica a continuación cuatro aspectos de cómo la tenencia o la carencia de saneamiento básico influye en la economía de las personas y los países:
1. Salud. Las consecuencias inmediatas de la ausencia de saneamiento básico están en la salud de las personas, en especial en los niños. Según la OMS, el 50% de los casos de desnutrición infantil está vinculada a malas condiciones de saneamiento e higiene. En el Perú, 32 de cada 100 niños y niñas de zonas rurales sufren de desnutrición crónica infantil, afectando de esta manera su desarrollo físico y mental.
2. Economía familiar. La ausencia de saneamiento adecuado está asociada a diversas enfermedades, como diarrea, tifoidea o parasitismo, que hacen que las familias pobres o pobres extremas, destinen sus pocos recursos a curarse. Ello afecta directamente sus oportunidades y calidad de vida, pues genera que dejen de destinar sus ingresos a otros rubros imprescindibles alimentación, educación, vestido, entre otros.
3. Productividad. La falta de saneamiento trae consigo ausentismo o por lo menos una merma en la productividad por pérdida de concentración o agotamiento. Ello influye no solo en la productividad de las empresas, sino también en la generación de ingresos de las personas que recurren al autoempleo. Para éstas, cada día que no trabajan representan menos ingresos para el sustento familiar.
4. Economía nacional. Según la ONU, en muchos países la pérdida de productividad debida a enfermedades ocasionadas por la falta de saneamiento y malas prácticas de higiene puede representar hasta el 5% de su PBI. Se estima que los beneficios económicos de proveer inodoros en poblaciones rurales serían de entre 5 y 7 veces el valor de sus costos. Cabe agregar que la falta de saneamiento incrementa especialmente los costos de los servicios de salud pública.
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